Nietzsche: La Muerte de Dios y el Camino al Nihilismo Existencial
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La Muerte de Dios en Nietzsche: Origen del Nihilismo
El análisis de Nietzsche sobre la trayectoria del pensamiento y la cultura occidentales lo llevó a constatar la muerte de Dios. Dios había sido la brújula del hombre occidental, pero este lo fue expulsando poco a poco de su pensamiento y cultura sin darse cuenta. Al descubrir la muerte de Dios, el hombre queda desorientado y su vida pierde sentido.
La muerte de Dios se refiere específicamente a la muerte del monoteísmo cristiano y la metafísica dogmática, que postulaban la existencia de un único Dios y una única verdad.
El responsable de ello es el propio hombre, quien, al cobrar conciencia, sustituye ese Dios y esa verdad única por múltiples dioses y verdades. Con la caída de Dios y la metafísica tradicional, los valores asociados a ellos pierden su fundamentación trascendental y son objeto de crítica.
El ateísmo conduce así al nihilismo, dado que los valores ya no encuentran justificación.
¿Qué es el Nihilismo?
El nihilismo es una corriente filosófica que cuestiona y niega los valores, principios y creencias fundamentales de la existencia humana, como el conocimiento, la moralidad y el sentido de la vida. Se caracteriza por su escepticismo y su rechazo a aceptar cualquier verdad absoluta o significado trascendental. El término "nihilismo" fue popularizado por Ivan Turgenev y se ha asociado especialmente con la filosofía de Friedrich Nietzsche.
Los Tres Momentos del Nihilismo Según Nietzsche
El nihilismo se puede entender como un proceso que sigue la conciencia del hombre occidental y se expresa en tres momentos distintos:
El Nihilismo como Negación de Valores Vigentes
Este primer momento surge como resultado de la duda y la desorientación, al cuestionar y negar los valores establecidos y aceptados por la sociedad.
El Nihilismo como Autoafirmación de la Negación
En este segundo momento, el nihilismo se convierte en una reflexión de la razón, un momento de afirmación y reafirmación de la negación inicial de los valores establecidos. La razón se erige como instrumento para cuestionar y analizar críticamente los fundamentos de la existencia humana.
El Nihilismo como Punto de Partida para una Nueva Valoración
En este tercer momento, el nihilismo se convierte en el punto de partida para una nueva valoración, un momento de intuición donde se reconoce la importancia de la voluntad de poder. Esta se erige como un valor fundamental que impulsa la construcción de una nueva filosofía y una nueva forma de vida.
Según Nietzsche, el hombre provoca la muerte de Dios sin apenas darse cuenta. Posteriormente, toma conciencia plena de esta muerte y se reafirma en ella. Como consecuencia, el ser humano se descubre a sí mismo como responsable de la muerte de Dios y, al intuir la voluntad como el máximo valor, descubre su poder.