Nietzsche: Muerte de Dios, Superhombre y Crítica a la Sociedad
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La Muerte de Dios
Cuando Nietzsche predica la muerte de Dios no quiere decir que Dios haya existido y después haya muerto (un absurdo). Nietzsche nunca creyó en la existencia de Dios. Sólo quiere decir que la creencia en Dios ha muerto. La creencia en Dios es consecuencia de la vida decadente, la idea de Dios es un refugio para los que no pueden aceptar la vida. Y esta creencia, según el autor, está llegando a su fin. Por ello, los hombres viven desorientados, ya no sirve el horizonte que antes veían ni les guía ninguna luz. Ahora bien, cuando habla de Dios, además del Dios de la religión cristiana, también se refiere a todo aquello que pueda sustituirle para dar un sentido a la vida, pero que sin embargo está fuera de la vida: la Naturaleza, el Progreso, la Revolución, la Ciencia, etc., tomadas como realidades absolutas. Es pues necesaria la muerte de Dios para empezar una nueva forma de vida; la consecuencia de la muerte de Dios es la aparición del superhombre.
Política y Sociedad
Es preciso destruir los valores e ídolos decadentes de occidente, entre ellos, el Estado. La nueva civilización que el autor propone, se basa en la voluntad de poder, y ésta sólo triunfará cuando la masa de los mediocres acepte la idea del superhombre. La política, por tanto, debería ser la preparación del mundo para el advenimiento del superhombre, creando unos valores y unas formas de vivir que lo hagan posible.
La expansión de las constituciones democráticas es vista por Nietzsche como un síntoma de la decadencia y gregarismo de la cultura europea. Emite un juicio negativo sobre los partidos políticos y el sistema de votaciones de los ciudadanos. El hombre de partido no piensa, sino que obedece los criterios que le presentan. El hombre mediocre encuentra al frente del partido un lugar privilegiado. En esta línea, la interpretación de los conceptos básicos del socialismo, le lleva a caracterizarlos como valores plebeyos que pretender ascender en la sociedad.
También habla en contra de la noción de Estado, como un ente creado por los débiles. Nietzsche propone la superación de la idea de Estado y mostró su admiración por quienes habían hecho el bosquejo de una Europa unida: Napoleón, Goethe, Schopenhauer, Wagner.