Nietzsche: Pensamiento, Crítica y Contexto Histórico-Filosófico
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El pensamiento de Friedrich Nietzsche es difícil de calificar; aun así, se podría decir que lo caracteriza su vitalismo, al apostar por los instintos, los impulsos y el papel de la voluntad, frente a la razón y sus productos. Es relevante en su filosofía la crítica a la tradición filosófica occidental, precisamente por su apuesta por la racionalidad. Nietzsche fue un autodidacta, un filólogo y un psicólogo antes que un filósofo.
La Influencia de Schopenhauer en Nietzsche
Aunque Nietzsche no asumió el pesimismo de Arthur Schopenhauer, este último le influyó profundamente en su percepción de la realidad como una lucha continua que mueve a todos los seres y con la cual intentamos prolongar nuestra existencia. Según Schopenhauer, la voluntad de vivir convierte la inteligencia y la ciencia en meros instrumentos para alcanzar sus fines; sin embargo, es precisamente este afán lo que nos conduce a la pérdida.
Schopenhauer había propuesto tres caminos para mitigar esta pérdida:
- Asumir la apariencia y rechazar la realidad, para olvidar la lucha por la existencia.
- Negar el deseo, para aliviar la decepción que implica la pérdida de la vida.
- La ascesis, que pretende eliminar la propia voluntad de vivir, logrando que la vida no nos importe.
Schopenhauer, sin embargo, advierte de la imposibilidad de alcanzar este estado por propia voluntad, considerándolo una cuestión azarosa.
La Crítica Radical de Nietzsche
La crítica es una marca distintiva de la filosofía de Nietzsche: una crítica radical a los filósofos tradicionales y a la cultura europea. Esta crítica solo exceptúa a Heráclito, por su reconocimiento del devenir de la realidad, y a Hegel, por haber concebido la realidad como un devenir dialéctico. Podemos considerar que Nietzsche comparte con David Hume y con Immanuel Kant la crítica a la metafísica tradicional o dogmática.
Nietzsche y la Cultura Griega
Como filólogo y filósofo, Nietzsche fue un gran conocedor de la cultura griega, valorando la tragedia y el politeísmo helénico, y contraponiéndolos a la cultura platónico-cristiana. Su crítica al cristianismo se fundamenta en el hecho de que este ha invertido los valores de la antigüedad.
Nietzsche frente a los Movimientos Culturales de su Época
Nietzsche se desvincula de todos los movimientos culturales dominantes de su época: el Romanticismo y el Positivismo. Aunque se opone radicalmente a la Ilustración, que representa una concepción racional de la naturaleza y del hombre, y aunque valora el conocimiento científico y el desprecio por el carácter metafísico (aspectos que podrían vincularse al positivismo), los rechaza. Considera que estas doctrinas, a pesar de sus diferencias, se fundamentan en una fe ciega en el hombre y en el progreso, valores de los que Nietzsche reniega profundamente.