Nietzsche contra Platón: Crítica a la Moral Tradicional y la Religión
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La Influencia Decreciente del Cristianismo y la "Muerte de Dios"
El cristianismo, y sobre todo el catolicismo, han perdido la influencia que tuvieron en el pasado. La creencia en Dios es menos sólida y ahora el ser humano la entiende según criterios subjetivos. El distanciamiento entre la doctrina de la jerarquía eclesiástica y la de los creyentes es cada vez mayor. La religión se modifica en función de intereses personales. Esta situación tiene una de sus causas en la "muerte de Dios" proclamada por Nietzsche. Se podría comparar la religión a un artículo de consumo: muchos productos entre los cuales el fiel elige los que le parecen más adecuados para su vida.
La Crítica de Nietzsche a los Valores Actuales
No hemos evolucionado hacia ese Superhombre que Nietzsche esperaba. Hemos sustituido los valores ficticios del platonismo y el cristianismo por otros, igualmente falsos. Hoy nuestros valores, aunque puedan parecer cercanos al vitalismo que Nietzsche defendía (culto al cuerpo, disfrute de la vida, sexo, poder, juventud, etc.), no son más que una imposición del mercado que inventa necesidades para guiarnos al consumo.
La Educación Crítica según Nietzsche
Nietzsche apuesta por una educación crítica, propone no admitir ninguna verdad, aunque la tradición, el tiempo, el profesor, etc. lo hayan demostrado. Todos los temas deben ser examinados por nuestra razón, que se mantiene libre de prejuicios.
La Realidad Cambiante y el Arte
La realidad tiene un carácter cambiante y dinámico. Nietzsche, frente a la unidad y objetividad del concepto, afirma que la única relación factible con la realidad es el comportamiento de la estética. En el arte, la realidad nunca es definitiva, sino que va haciéndose y cambiando constantemente por lo que percibimos. Arte moderno = pluralidad de significaciones = realidad.
Nietzsche contra el Dualismo Platónico
La filosofía de Platón y la de su maestro Sócrates será duramente criticada en el siglo XIX por el filósofo alemán Friedrich Nietzsche.
- El dualismo platónico, basado en la existencia de dos mundos (mundo verdadero: razón; mundo aparente: sentidos), no es aceptado por el alemán, que defenderá que el único mundo verdaderamente real es el mundo físico que captamos por los sentidos, en constante cambio. Al igual que para Heráclito, para Nietzsche el mundo es eterno cambio, eterno devenir.
- El mundo (el físico, único existente) está regido por la voluntad de poder. No es más que un conjunto de fuerzas divergentes sin otra intención ni otra voluntad que desarrollar todo su potencial. El mismo ser humano no es más que un conjunto desordenado de impulsos que tratan de dominar. Cuando dos fuerzas de distinto signo confluyen, la más fuerte prevalecerá (voluntad fuerte) y la más débil decaerá (voluntad débil).
La Crítica a la Moral Tradicional
El mundo perfecto y atemporal que Sócrates y Platón inventaron no es más que una monumental mentira, aumentada por el resto de filósofos anteriores; fruto de una voluntad débil incapaz de aceptar la vida tal y como es. Nietzsche destruirá todas las ideas que venían dando sustento a la filosofía y a la religión durante los siglos anteriores. Estas ideas son el Bien, la Verdad, la Belleza, etc. Para él, no son más que un vano intento de negación de esta vida, a la cual tememos, en pos de otra vida ficticia perfecta donde seremos felices. Todos los preceptos morales, según Nietzsche, no son más que el reflejo de las debilidades y los temores de las personas.
El Superhombre y la Moral
Para Nietzsche, el hombre “bueno” en el terreno moral es el superhombre. Él será poseedor de una voluntad fuerte y no obedecerá más precepto que el que dicte su voluntad. Es consciente de que solo existe un mundo, una sola vida. Esto contrasta con la idea de bondad del platonismo y el cristianismo, creencias para las cuales la bondad en un hombre consiste en reprimir los impulsos del cuerpo cuando es necesario y mirar por el bien de los demás con objeto de salvar su alma para la otra vida.