Nietzsche: El Superhombre y la Muerte de Dios

Clasificado en Filosofía y ética

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La Muerte de Dios y el Nihilismo

La muerte de Dios es el resultado de un proceso de desmitificación y desenmascaramiento en el que podemos distinguir las siguientes fases:

  • Renacimiento: Antropocentrismo.
  • Racionalismo: La razón como fundamento de todo (Descartes).
  • Ilustración: El poder del pueblo, no de Dios.
  • Positivismo: La ciencia como orden del mundo.

El pensamiento resultante es que no hay lugar para Dios en la cultura moderna. Pero el nihilismo es una fase de transición y no es sinónimo de decadencia. Por el contrario, lo que exige el nihilismo es la afirmación explícita de la vida tal y como es, una confirmación y en absoluto una resignación. Para Nietzsche, esto último es, precisamente, el colmo del debilitamiento. Resignarse supone entregarse al otro y renunciar a la autoimposición, a la voluntad de poder, que es el motor de la existencia. Además, la resignación es la característica más propia de la enfermedad cristiana, pues el cristianismo busca su salvación en el más allá, es decir, en la negación de esta vida. La afirmación de la vida que exige Nietzsche es un acto por excelencia creativo. La muerte de Dios y la pérdida de la verdad tienen que ser recibidos como una feliz noticia.

El Hombre y la Superación

Características del Hombre:

  • Ser miserable: Porque desprecia la tierra, el cuerpo, el instinto.
  • Animal defectuoso: Es el único animal del universo que no ha llegado a consolidarse, está por hacer. Corre un riesgo: o vencer al hombre mediante la superación o volver a la animalidad primitiva.
  • Algo intermedio: Está entre la bestialidad y la superhumanidad.
  • Inmerso en un proceso evolutivo constante: Sin terminar, que le hace ir (Darwin) hacia especies superiores.
  • Sentido de superación: De la moral tradicional, decadente, alienante hasta llegar al superhombre. Superación de Dios, superación del pesimismo y del nihilismo.

El Superhombre

La transformación del hombre en superhombre pasa por tres fases sucesivas:

  1. Camello: El espíritu del hombre es, en primer lugar, un camello, un animal de carga, que obedece a su amo. Este le manda y él obedece.
  2. León: El hombre-camello, cansado por el peso de la carga, se rebela contra su amo y lo derriba. Entonces se convierte en el hombre-león, crítico y dueño de sí mismo, que dice "yo quiero" e impone su voluntad.
  3. Niño: A medida que se va quitando las cargas, se va haciendo el creador de sus propios valores; se convierte en el hombre-niño que busca la afirmación de sí mismo.

Características del Superhombre:

A partir del tercer momento (el niño) es cuando empieza a aparecer el superhombre que da lugar a la nueva humanidad libre y creadora. Las características fundamentales de este superhombre son:

  • Ansia de vivir: El superhombre se preocupa, sobre todo, de la vida, sin traba alguna. Valora la salud, el placer, la violencia, la fuerza física, la victoria.
  • Superación: No está sometido a ningún precepto moral, porque se sitúa más allá del bien y del mal. Su conciencia es la conciencia de la naturaleza: lo que la favorece es bueno y lo que la perjudica, malo.
  • Superioridad: El superhombre es un ser superior, que dice sí a las jerarquías entre los hombres; la igualdad solo lleva a la moral del rebaño, de esclavos. El superhombre debe practicar la moral de los señores que dominan por la fuerza y por la violencia.
  • Valores: El superhombre se ríe de los valores tradicionales. Su único valor es la vida y la voluntad de poder.
  • Fidelidad a la tierra: Vive la fidelidad a la tierra, lejos de la trascendencia metafísica de los filósofos, lejos de la idea de Dios. Es fiel a lo terreno, a lo que pisa, olvidando las elucubraciones espirituales sobre el más allá.
  • Voluntad de poder: Es la consecuencia de las ansias de vivir. Es la voluntad de dominar el mundo, del cual es señor y no esclavo.
  • Eterno retorno: Es el ser que vive el eterno retorno. Querer el futuro es querer el pasado; todo ha existido ya. El superhombre es como un ser atado a una noria que da vueltas sin cesar en una vida interminable.

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