Nietzsche: El Superhombre y las Tres Transformaciones del Espíritu
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El Problema del Ser Humano en Nietzsche
Nietzsche profetiza la llegada del superhombre como el punto culminante de su pensamiento. La destrucción causada por su "filosofía del martillo" busca dejar espacio para este individuo superior que, reconciliado con la vida, creará nuevos valores. En la primera parte de Así habló Zaratustra, Nietzsche describió las tres transformaciones del espíritu. Para ello, se sirve de tres metáforas: el camello, el león y el niño.
Las Tres Transformaciones del Espíritu
- Camello: el camello representa el momento en que el espíritu solo obedece cualquier deber. Su ley de vida es el "Tú debes". El espíritu es el del animal de carga.
- León: el león es el espíritu cuando se rebela contra cualquier tipo de imposición. Es la etapa más destructiva y liberadora, la del "Yo quiero".
- Niño: es el espíritu reconciliado con la vida. Es la afirmación incondicional de la vida y la creación de nuevos valores; es el estadio del superhombre.
Características del Superhombre
En primer lugar, el superhombre para Nietzsche es inocencia y olvido: es aquel que ha rechazado los valores sobrenaturales y los deberes impuestos, creando sus propios valores y aceptando la vida como es. En segundo lugar, el superhombre juega y crea. Encuentra en sí mismo su principio y su final. Nada que no sea él mismo lo mueve y lo empuja. Su existencia es juego y creación: al tiempo que vive de espaldas a los antiguos seudovalores, es capaz de crear los suyos propios sin atender a nada ajeno a sí. Por último, el superhombre es un santo decir sí: es la afirmación incondicional. Aquí se hace patente el amor fati de Nietzsche, que acepta cuanto ocurre como perteneciente al eterno retorno de lo mismo. El superhombre se ha reconciliado con la tierra y creará nuevos valores que no se separarán de ella.
El Superhombre y la Creación Artística
Tanto la voluntad de poder como el eterno retorno de lo mismo y el superhombre consagran la ética propia del artista y, en general, de la creación artística. El artista no deja de ser una persona inspirada que obedece a razones superiores que no entiende ni posee del todo (voluntad de poder), que logra contemplar la belleza eterna de cada instante (eterno retorno de lo mismo) y que, además, es capaz de transformarse a sí misma, al mundo y a los valores constantemente (superhombre). El lenguaje poético y críptico de este filósofo se agudiza en cada una de sus tres propuestas. Por eso, admiten una gran variedad de interpretaciones. Sin embargo, las tres apuntan a una afirmación del poder absoluto de la creación artística.