Nietzsche: Transvaloración de Valores, Superhombre y la Muerte de Dios en la Filosofía Ética
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Introducción al Pensamiento de Nietzsche
La «transvaloración de los valores» es la expresión con la que Friedrich Nietzsche hace referencia a esa inversión moral que le parece imprescindible para la regeneración de la humanidad. En este sentido, Nietzsche se autodenomina inmoralista, no por abogar por la ausencia de moral, sino porque su propuesta ética es una exaltación radical de la vida que invierte los valores tradicionales judeocristianos.
El Superhombre y el Eterno Retorno: Afirmación de la Vida
La máxima afirmación de la vida, según Nietzsche, se expresa en la teoría del eterno retorno de lo idéntico. El superhombre (Übermensch), que está por llegar, es un nuevo ser humano —cuya concepción no debe interpretarse en clave racista—, inocente y libre de prejuicios, que enunciará esta nueva moral vitalista. Este superhombre es el fruto de un proceso de tres transformaciones del espíritu, simbolizadas por el camello, el león y el niño.
Las Tres Transformaciones del Espíritu: Camello, León y Niño
- El Camello: La Carga de la Tradición. El camello se arrodilla para cargar con el peso de la moral tradicional y sus normas. Obedece ciegamente y simboliza la degeneración de la humanidad, consecuencia de la domesticación del ser humano por el cristianismo y sus valores ascéticos.
- El León: La Conquista de la Libertad. El camello se transforma en león cuando arroja los antiguos valores y quiere conquistar su libertad. El león representa al nihilista activo, aquel que destruye las viejas tablas de valores. Sin embargo, el león no es capaz de crear nuevos valores; para ello, es necesario que el espíritu se transforme en niño.
- El Niño: La Creación Inocente. El superhombre posee la inocencia del niño, está más allá del bien y del mal. Es el primer hombre verdaderamente libre, capaz de crear nuevos valores. Vive fiel a la tierra, es decir, a la vida, al devenir y a los instintos vitales. El superhombre logrará recuperar estos instintos y llevará a cabo la definitiva transvaloración de los valores.
La «Muerte de Dios»: Condición para la Nueva Moral
La condición indispensable para la aparición del superhombre es la «muerte de Dios», entendida como la desaparición del mayor concepto antitético de la vida y la negación de todo ideal trascendente. De este modo, la «muerte de Dios» —la destrucción del cristianismo como expresión de una cultura decadente y negadora de la vida— es el requisito fundamental para la emergencia del superhombre y la instauración de una nueva moral afirmativa.
Comentario Filosófico: Nietzsche y la Crítica a la Cultura Occidental
Autor y Contexto
Friedrich Nietzsche (1844-1900) fue un influyente filósofo alemán del siglo XIX. Su obra se caracteriza por una profunda crítica a la cultura occidental, a la que consideraba contaminada por la filosofía platónica (con su dualismo metafísico y desvalorización del mundo sensible) y la religión judeocristiana (con su moral de esclavos y negación de los instintos vitales).
Ideas Centrales del Fragmento
- El camello simboliza la sumisión y la carga de los valores tradicionales, aceptando la humillación impuesta por la moral cristiana.
- El león representa la voluntad de poder que busca conquistar la libertad, enfrentándose y destruyendo los antiguos deberes y valores.
- El niño, con su inocencia y ausencia de prejuicios, encarna la capacidad de crear nuevos valores, viviendo en afirmación plena de la vida y el devenir.
Explicación Detallada de los Conceptos
En el texto se recoge la propuesta fundamental de Nietzsche para superar la decadencia de la civilización occidental. En estas líneas, el filósofo describe la evolución histórica y psicológica de la moral humana a través de las mencionadas transformaciones del espíritu.
En un primer momento, con el triunfo de la moral judeocristiana, el ser humano acepta y carga con los valores de una religión que Nietzsche considera contraria a la vida, a la tierra y a los instintos. Esta moral se apoya en una falsa interpretación de la realidad, ya que parte de la existencia de un mundo perfecto, eterno y trascendente, más allá de lo sensible (el mundo de las Ideas platónico o el Cielo cristiano).
El camello, como animal domesticado y dirigido por otro, representa la resignación, la obediencia ciega y la humillación inherente a la moral cristiana, que valora la debilidad y la negación de la voluntad de poder.
Pero, en el desierto de la modernidad, el camello se convierte en león; es decir, el ser humano reclama su libertad y, para ello, se rebela contra los valores establecidos, proclamando el "¡Yo quiero!" frente al "¡Tú debes!". Esta fase es la del nihilismo, donde se destruyen los ídolos y se niega la validez de las verdades absolutas. Sin embargo, la mera destrucción no es suficiente; la verdadera creación de valores solo es posible en la fase del niño.