El sí de las niñas: Claves del Teatro Neoclásico y su Legado

Introducción a "El sí de las niñas"

El sí de las niñas es la comedia más popular de las cinco que escribió Leandro Fernández de Moratín (1760-1828), autor también de poesía y de prosa no teatral. La obra, estrenada en 1806, se mantuvo 26 días en cartel, lo que constituyó un éxito para la época. Se trata del máximo exponente del teatro neoclásico español del siglo XVIII, así como una obra de carácter avanzado, de ahí que tuviera problemas con la Inquisición, al ser acusada de burlarse de la educación religiosa.

Propósito y Temática Central

Don Diego, al renunciar a sus pretensiones y bendecir la boda, actúa guiado por la prudencia y la sensatez, sin dejarse llevar por la ira ni por la pasión, como hubiera hecho un personaje del teatro barroco en su misma situación. Utiliza el diálogo como medio de resolución de conflictos, y es él mismo quien, en sus reflexiones finales, transmite la tesis de la obra: la culpa de esta situación es de la educación que reciben las niñas, que enseña a acatar sumisamente la autoridad de sus madres.

Así pues, se comprueba el propósito crítico y reformista característico del teatro neoclásico: no solo se censura una costumbre social propia de aquella época, como es la de los matrimonios desiguales, sino también la educación femenina.

Aspectos Técnicos y Estilísticos

Desde el aspecto técnico, la obra cumple con los cánones neoclásicos de las tres unidades (lugar, tiempo, acción), aunque hay algún que otro "flashback" que, sin duda, enriquece la obra. El tópico del amor verdadero está en contraposición con el amor interesado y se cuestiona el papel de la mujer en la sociedad. El diálogo es natural, alejado tanto de la vulgaridad como de la retórica. Mantiene el decoro poético, es decir, que los personajes hablan de acuerdo con su condición social. Los criados desempeñan un papel más secundario que en el teatro barroco, pero mantienen su importancia en la trama, ayudando a sus señores.

Vigencia y Relevancia Actual

Respecto a la valoración personal, se trata de una obra interesante, no solo como ejemplo de un modo de concebir el teatro (basado en la verosimilitud y su función social), sino por el desarrollo de su trama, lo convincente de los personajes, la cercanía del lenguaje e incluso, salvando las distancias, por su vigencia actual, ya que aborda temas como las relaciones paterno-filiales, el autoritarismo en la educación, las diferencias en la educación de niños y niñas o, incluso, el matrimonio por conveniencia, que todavía puede ser objeto de debate hoy en día.