Nomos y Physis: El Debate Fundacional en la Filosofía de Sofistas, Sócrates y Platón

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Los Sofistas y el Origen del Derecho Natural

Los Sofistas (S) aparecen en Atenas en el siglo V a.C. de la mano de estos pensadores. Atenas era por aquel entonces la ciudad-estado (polis) más importante de Grecia. Grecia se había librado del Imperio Persa y, por tanto, de una invasión oriental, venciendo los griegos y pudiendo desarrollar estructuras políticas que no hubieran sido posibles si hubiera sido invadida. Esta estructura es la democracia, pero la democracia ateniense tiene elementos incompatibles con la democracia actual; es una democracia peculiar en la que el demos (soberanía popular) estaba compuesto por varones libres, excluyendo a las mujeres, esclavos y extranjeros.

Este régimen político alcanza su máximo esplendor con Pericles, en quien se personaliza la grandeza de esta época, conociéndose al siglo V a.C. como el Siglo de Pericles: un siglo caracterizado por esa política y niveles de expansión económica nunca alcanzados, conociéndose al periodo como Ilustración Griega.

Sin embargo, dos acontecimientos provocan una transformación de la vida de Grecia:

  1. Los pilares religiosos se ven socavados por las ideas culturales e ideológicas, poniendo en duda los principios que regían antes.
  2. La crisis paralela de los fundamentos políticos.

El régimen democrático está claramente delimitado en la segunda mitad del siglo V, pero los atenienses lo ven como algo nuevo, cuyo manejo no dominan del todo. Los asuntos sociales han de tratarse ahora en las Asambleas, por lo que surge la necesidad de dominar la oratoria y la retórica o arte de convencer a los demás, convirtiendo argumentos débiles en fuertes. Los Sofistas conocen este arte y están dispuestos a transmitirlo, cobrando por enseñar.

Además de ser profesores, escribirán el primer capítulo de la reflexión filosófica sobre el derecho, pues en esta crisis se confrontan dos ideas: el Nomos (NM) y la Physis (PH). En busca de solución aparece el Derecho Natural (DN).

Nomos y Physis: La Confrontación de Ideas

Nomos (Ley)

Se traduce por ley, goza en castellano de polisemia (varios sentidos), por ejemplo: norma jurídica, ley científica, ley religiosa. Pero para los atenienses el Nomos estaba compuesto por elementos jurídicos y morales que no se podían deslindar; la ley en sentido jurídico-natural era impensable. Cada polis en Grecia tenía su propio Nomos.

Physis (Naturaleza)

Equivale a naturaleza, aunque los griegos lo entendían como fuente de la que emana toda la realidad, lo que da “naturaleza” a toda existencia: los dioses.

A causa del progreso, Atenas entra en contacto con otras polis, descubriendo que su Nomos no es el único que existe. Esto provoca que se dude sobre la perfección del Nomos, considerando que podrían existir otros mejores. De esta manera, el Nomos empieza a perder credibilidad, dejando de cumplir la función de guiar la conducta de los atenienses en los aspectos más fundamentales de la vida (deslegitimación del Nomos). Los Sofistas captan el problema y están dispuestos a resolverlo.

Su condición de no atenienses les ayuda a enfrentar mejor la crisis, aunque la solución que proponen no la va a solucionar definitivamente: dicen que si hay algo firme, sólido como la Physis, será así en todas partes, pues la naturaleza siempre ordena y prohíbe lo mismo. Al contrario sucede con el Nomos, pues hay un ateniense, un espartano... Así surge la idea de Derecho Natural.

La mayoría de los Sofistas acuden a la Physis, aunque a través de distintos argumentos, pero una minoría quiere reparar el Nomos (relegitimarlo). Por ello distinguimos dos grupos:

Grupos de Sofistas y sus Posturas

1. Grupo de Sofistas que abogan por salvar el Nomos a través de la Physis

Protágoras de Abdera (PA)

Sostiene que «el hombre es la medida de todas las cosas, de las que son, en cuanto son y de las que no son, en cuanto no son». Interpretación:

  1. «La realidad es lo que el hombre conoce de la realidad». Cada ser humano individualmente tiene una concepción de las cosas, por lo que la verdad absoluta, la Physis, no existe (interpretación epistemológica).
  2. «El hombre es la medida de lo que debemos hacer», versión que tampoco convence porque cada hombre puede interpretar lo que es bueno o malo a su manera. Otra cosa sería decir que en los grupos humanos está la medida de lo que debemos hacer, pero este punto de vista sigue siendo relativo, porque lo bueno y lo malo sería aquello que la mayoría de la comunidad (Asamblea) decida.

Para subsanar la falta de solidez de las Asambleas, Platón pone en boca de Protágoras un mito: «Zeus, apiadado de las luchas entre los hombres, les transmitió, a través de su mensajero (Hermes), el sentido del respeto y de la justicia. Entonces la verdad, Physis, se reflejará en las decisiones de sus Asambleas. Por esto, cuando en ellas se tratan cuestiones que afectan al bien común, se da palabra a todos, ya que lo jurídicamente bueno pertenece a todos los seres humanos».

Protágoras se refiere a que el Nomos es el resultado de las Asambleas y por eso el Nomos, una vez constituido, es la medida para los hombres y además desempeña una función pedagógica.

Anónimo de Iámblico

La obra de Iámblico refleja fragmentos de este Sofista desconocido, según el cual el recurso a la naturaleza humana es del todo necesario. Comparte postura con Protágoras: la Physis está ligada al Nomos porque el hombre no está hecho para vivir aisladamente.

2. Grupo de Sofistas que ven el Nomos insalvable

Son enemigos del Nomos y abogan por seguir solo la Physis. Dentro de esta categoría distinguimos dos subgrupos:

Subgrupo A: La Physis dispone la igualdad natural de los seres humanos
  • Hipias de Elis: Contrario a Protágoras y a Sócrates. El Nomos no es fiable, por lo que conviene acudir a la Physis. Se trata de una ley no escrita, divina, igual en todas partes para todos los hombres y que lleva en ella misma el castigo por su transgresión. Esta ley determina que todos los hombres somos iguales, existe una igualdad natural entre nosotros.
  • Antifón: El Nomos es una cadena para los hombres, al contrario que la Physis. Todos los hombres somos iguales, griegos y bárbaros, pues todos respiramos por la boca y por la nariz y comemos con las manos.
  • Licofrón: Impugna la tesis de Protágoras, porque el Nomos es el resultado de un mero pacto y, aunque puede garantizar ciertos derechos en los que se mantenga, nunca puede hacer justos y buenos a los ciudadanos. Para él, los hombres no dejan de ser iguales por haber nacido en una determinada familia.
  • Alcidamas: El Nomos es el enemigo del hombre, del que hay que defenderse por medio de la Filosofía, ahí encontramos los verdaderos criterios.
Subgrupo B: La Physis dispone la desigualdad natural de los seres humanos (Teoría del Derecho del más Fuerte)

Propugnan que los superiores dominen a los inferiores.

  • Gorgias: La ley natural no hace que el débil cohíba al fuerte, sino que este conduzca a aquel.
  • Trasímaco: Aparece en el libro de La República de Platón oponiéndose a la idea de justicia de Sócrates, para el que lo justo es venerar el Nomos de Atenas. Expresa que ningún Nomos es bueno o justo, ni siquiera el de Atenas; el Nomos no es otra cosa sino el interés del que manda, un disfraz para el provecho del más fuerte. No está claro si él mismo está de acuerdo con esta tesis o es únicamente su observación de la realidad.
  • Calicles: «Es justo que el más fuerte y poderoso posea más y que a través de esa superior riqueza domine a los más débiles». Por eso los que establecen las leyes son los más débiles, que se ponen de acuerdo para que el más fuerte no pueda oprimirlos, pero si los ricos perdieran las cadenas, brillaría su naturaleza en todo su esplendor.

Tucídides y la Realidad del Poder

Tucídides no pertenece al grupo de los Sofistas. En su obra Historia de la Guerra del Peloponeso relata el conflicto militar que enfrentó a la Liga de Delos con la Liga del Peloponeso. La antigua rivalidad comercial entre Atenas y Corinto provocó el comienzo del conflicto. Corinto no podía resistir sola, por lo que llamó a la Liga del Peloponeso (Esparta).

En una de las treguas, los atenienses fueron a Melos para convencer a los habitantes de Melos a que se unieran a su liga. En su afán queda demostrada la tesis del más fuerte: si los melios no accedían a sus condiciones serían aniquilados. Les dicen incluso que si ellos, los melios, fueran los más fuertes, harían lo mismo con los atenienses. Aun así, los melios se niegan y los atenienses invaden la isla de Melos, matando hombres y vendiendo a mujeres y niños como esclavos. Aun así, los atenienses perdieron la guerra contra Esparta.

Sócrates: La Defensa del Nomos

Este filósofo no escribió nada que haya llegado hasta nosotros y, aunque tenemos testimonio de sus palabras, no constan textos firmados por él. Para conocer su ideología es necesario acudir a otras fuentes. Aristóteles le menciona en alguna de sus obras, pero es una fuente insegura por estar demasiado distanciada en el tiempo. La fuente principal es Platón, que hace de Sócrates el personaje principal y protagonista de la mayor parte de su obra: los Diálogos Socráticos. Platón pone a Sócrates en escena y a la vez construye su propia Filosofía: la técnica consiste en poner frases que pueden incluso no ser suyas, y ello porque el género que utiliza Platón, el diálogo, le exige cambiar palabras para embellecer el estilo.

Podemos afirmar algunos datos sobre la vida de Sócrates: Era ateniense, nació en el año 469 o 470 a.C., de familia plebeya. Salió dos veces de Atenas para cumplir misiones militares y una más para visitar el oráculo de Delfos (lugar sagrado donde acudían para preguntar a los dioses las cuestiones que más les inquietaban). Ahí quedó impresionado por la expresión «Conócete a ti mismo», inspiradora de toda su Filosofía.

La Mayéutica y la Condena

Los primeros diálogos de Platón terminan en un callejón sin salida; en ellos Sócrates plantea una cuestión, pero su interlocutor acaba descubriendo que realmente no sabe lo que creía saber. Sus discípulos más inteligentes comprendían el sentido profundo de esta técnica, pero en Atenas se le adjudicó mala reputación. Acusaron a Sócrates de asebeia, es decir, impiedad para con los dioses, y también de corromper a la juventud. Le condenaron a muerte, pero Sócrates tenía la posibilidad de huir y vivir en el exilio. Finalmente, Sócrates decidió no huir y murió; el porqué de esta decisión sintetiza en gran medida su Filosofía.

Sócrates pertenece a la misma generación que los Sofistas, por lo que también habla del problema filosófico de la dicotomía entre la Physis y el Nomos. Ante la deslegitimación del Nomos, responde a Hipias de Elis que la solución a la crisis ideológica no estaba en leyes no escritas provenientes de la divinidad, sino que «lo conforme al Nomos es lo justo y así el que obedece las leyes de la ciudad actúa justamente y quien no lo hace, actúa injustamente».

Estas palabras muestran que la postura de Sócrates es opuesta a la de los Sofistas, pues Sócrates se empeña en seguir los mandatos del Nomos, en lugar de apelar a la Physis como norma rectora de la conducta humana. En términos actuales podríamos decir que Sócrates es un positivista legalista, porque equipara lo justo a lo que dice la ley. Con este pensamiento se suma a la idea de los atenienses más tradicionales de la época, que concebían el Nomos como fuente rectora fundamental de la vida.

En otro de los diálogos de Platón, El Fedón, el argumento para aceptar su condena a muerte radica en que no quiere ser ingrato con el Nomos de Atenas, pues «el conjunto de estas normas jurídico-morales rectoras de la vida, han sido sus nodrizas». No concibe rechazar lo que proviene del Nomos. No se pronuncia de la justicia de la resolución; para él lo importante es que la sentencia ha sido dictada conforme al Nomos. De esta manera, a través de su muerte, Sócrates defiende la pervivencia y legitimación del Nomos en Atenas. Su reflexión filosófica va a influir en sus dos principales discípulos: Platón y Aristóteles.

Platón: Metafísica y Justicia Política

Su nombre real era Aristocles. Nació en Atenas en el año 428 o 427 a.C. La Filosofía de Platón, llamada Metafísica, gira alrededor de la política, observada como problema fundamental que solo admite una solución (filosófica). Funda en Atenas la institución filosófica «La Academia», donde a través de la Filosofía se debate el problema político. Los escritos de Platón se conservan casi en su totalidad. Además de los diálogos, nos han llegado sus Cartas. Podemos afirmar que la Filosofía del Derecho tiene sus raíces en el pensamiento de Platón.

La Teoría de las Ideas (Metafísica)

Platón pertenece a la generación posterior a su maestro Sócrates. La crisis que los Sofistas creían haber resuelto se agudiza aún más en la generación posterior. Los Sofistas apelaban a la Physis porque el Nomos había dejado de funcionar, pero la crisis se había incrementado. Platón se encuentra ante esta situación, sabe que Sócrates había sido confundido con un Sofista, a pesar de que su ideología era la contraria. Pero Sócrates tampoco había dejado una solución y de ahí parte Platón para elaborar su Filosofía, que será la más influyente de toda la Historia.

Platón quiere continuar la obra de su maestro planteando una «Episteme»: saber absoluto que no tolera refutación y que nadie puede destruir. A este saber definitivo se opone la Doxa, que equivale a lo que entendemos por opinión. Platón necesita demostrar si existe esta verdad absoluta o hay que conformarse con la Doxa. De su solución depende todo, ya que sin Episteme, tendría razón Protágoras, según el cual el hombre es la medida de todas las cosas y, como cada hombre ve las cosas a su manera, no puede conocerse un saber de forma absoluta.

Platón no se conforma con esta solución, sino que da respuesta al problema al afirmar que sí existe un conocimiento absoluto, irrefutable, totalmente cierto y objetivo: la verdad absoluta (Episteme) existe y recae sobre determinados objetos: las Ideas. Se trata de unos entes reales situados en un mundo que no vemos, no tocamos, no oímos... porque los objetos aprehensibles con el conocimiento epistémico, las Ideas, no son tangibles.

Conforme a su Teoría hay dos mundos: el sensible y el inteligible o suprasensible. En el mundo de las vivencias cotidianas o mundo sensible es en el que transcurre nuestra vida y nadie duda de ello, por lo que no provoca problema filosófico. Para Platón el mundo importante es el mundo inteligible, donde viven las Ideas. No podemos acceder al mismo a través de los sentidos, pero sí con el logos, es decir, mediante la Razón.

En principio puede acceder al mundo de las Ideas todo ser dotado de intelecto, pero tampoco es así; para acceder al mundo de las Ideas es necesario un periodo de entrenamiento largo y trabajoso, estando el acceso reservado a unos pocos, los capaces de superar ciertas pruebas físicas y mentales. Por esto puede afirmarse que la Metafísica de Platón es elitista.

El Mito de la Caverna y los Reyes Filosóficos

Para explicar este planteamiento, Platón acude a la mitología. Con el Mito de la Caverna llegamos a entender por qué no todos los prisioneros consiguen desatarse, pues algunos ni siquiera desean salir del mundo sensible, solo unos pocos y tras un trabajo considerable. Esos que se han liberado no solo tienen acceso a la verdad (a las Ideas), sino también a la legitimidad política, es decir, a gobernar a los demás (Filosofía jurídica de Platón). Por tanto, solo los que acceden al mundo de las Ideas pueden estar en el Gobierno: son los llamados Reyes Filosóficos.

En el Mito de la Caverna vemos que solo algunos alcanzan el mundo de la luz y, por tanto, la idea de justicia. Pero Platón no dice nunca lo que es la justicia, solo que algunos podrán acceder a ella. Puede que en su doctrina esotérica (no escrita) estuviera plasmada la idea de justicia, pues en los diálogos (doctrina exotérica) no la encontramos. Cuando Platón ronda esta cuestión, en vez de dar una definición, propone la aprehensión de la idea a través del Mito de la Caverna. Cabe deducir de su Teoría que entre las Ideas existe una jerarquía, donde la posición más alta es ocupada por la «Idea del Bien Supremo».

La Justicia en La República

En La República, cuyo título original es Politeia, comienza en el libro primero, entre Sócrates y otros contertulios que se plantean la idea de justicia. Para Sócrates está claro, significa la adhesión al Nomos de Atenas, a lo que objetan los demás interlocutores. Trasímaco le replica diciendo que lo justo no es sino el interés del más fuerte.

En vista de este fracaso, Sócrates propone un nuevo camino para llegar a la idea de justicia. Consiste en una comparación entre la polis y el individuo. La relación entre el individuo y la polis es la justicia, pues cuando aquel está bien estructurado, es justo y en él reina la virtud. Lo mismo ocurre con la polis. Muchos estiman que este será un pensamiento de Platón ya en su madurez.

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