Novecentismo, Generación del 14 y Vanguardias: Claves de la Literatura Española del Siglo XX

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El Novecentismo y la Generación del 14: Ensayo, Novela y la Poesía de Juan Ramón Jiménez

Contexto y Características del Novecentismo

Tras la Primera Guerra Mundial, Europa entró en crisis. España, aunque neutral en el conflicto, sufrió graves tensiones internas que desembocaron en la dictadura de Primo de Rivera y, más tarde, en la Segunda República. En este contexto histórico y cultural surge el novecentismo, también conocido como Generación del 14. Este movimiento se caracterizó por una decidida apuesta por el racionalismo, un marcado rechazo de lo sentimental y la búsqueda de una literatura clara, depurada y con vocación elitista. A diferencia del modernista bohemio, el novecentista se perfila como un intelectual con sólida formación científica o humanista, comprometido con el análisis crítico de la realidad con el fin de transformarla.

Figuras Destacadas del Novecentismo

José Ortega y Gasset: El Intelectual Guía

José Ortega y Gasset se erige como la figura central del novecentismo. En obras fundamentales como Meditaciones del Quijote y La rebelión de las masas, defiende conceptos clave como la razón vital, la trascendental importancia de la circunstancia en la configuración de la vida individual («Yo soy yo y mi circunstancia») y la necesidad de una minoría culta que oriente y dirija la sociedad. Su influencia se extiende al análisis de las corrientes artísticas emergentes, como lo demuestra en La deshumanización del arte, ensayo en el que reflexiona sobre las vanguardias y propone un arte puro, eminentemente intelectual y distanciado de la expresión emocional directa.

Otros Ensayistas y Novelistas Relevantes

Junto a Ortega, otros intelectuales y escritores enriquecieron el panorama novecentista:

  • Eugenio d'Ors: Filósofo y escritor, fue el creador del término catalán noucentisme (equivalente a novecentismo). Defendió un ideal de clasicismo, orden y elegancia en su vasta obra ensayística, destacando piezas como Tres horas en el Museo del Prado.
  • Ramón Gómez de la Serna: Figura puente hacia las vanguardias, se hizo célebre por sus innovadoras greguerías, que él mismo definió como «metáfora más humor». Estos breves textos, cargados de ingenio, humor y lirismo, revolucionaron la prosa.
  • Ramón Pérez de Ayala: Su trayectoria novelística muestra una evolución desde una perspectiva autobiográfica y crítica, como en A.M.D.G. (Ad Maiorem Dei Gloriam), hacia una novela más intelectualizada y reflexiva. Obras como Tigre Juan y El curandero de su honra exploran temas como el honor, el machismo y la transformación personal con profundidad psicológica.
  • Gabriel Miró: Destacó por una prosa de excepcional lirismo y detallismo descriptivo. En novelas como Nuestro Padre San Daniel y El obispo leproso, ambientadas en la ficticia Oleza, retrata con maestría una España tradicional, a menudo anclada en el pasado y regida por una moral estricta, utilizando un lenguaje sensorial y evocador.

Juan Ramón Jiménez: La Búsqueda Incesante de la Poesía Pura

Juan Ramón Jiménez (Premio Nobel de Literatura en 1956) es una figura cumbre de la poesía española del siglo XX y un referente esencial del novecentismo, aunque su trayectoria trasciende cualquier etiqueta. Su obra poética se caracteriza por una búsqueda constante de la belleza pura y esencial, concibiendo la poesía como una vía de conocimiento superior y una forma de trascendencia. Su evolución se suele dividir en varias etapas:

  • Etapa sensitiva (o modernista intimista): Marcada por la influencia de Bécquer y el simbolismo. Obras como Arias tristes (1903) y Jardines lejanos (1904) se caracterizan por un tono melancólico, íntimo y musical, con predominio de la emoción contenida.
  • Etapa intelectual (o modernista depurado / novecentista): Se adentra en un modernismo más ornamental y colorista en libros como Poemas mágicos y dolientes (1909) y Sonetos espirituales (1914-1915). Progresivamente, su poesía se va depurando. Un hito crucial es Diario de un poeta recién casado (1917), escrito tras su viaje a América y su matrimonio con Zenobia Camprubí. En esta obra, elimina los adornos superfluos, adopta el verso libre y se dirige conscientemente «a la inmensa minoría», marcando el inicio de su camino hacia la poesía pura.
  • Etapa suficiente o verdadera (o de la poesía desnuda): A partir de los años 20 y 30, y especialmente en el exilio, su poesía alcanza una mayor depuración y esencialidad. Obras como Eternidades (1918), Piedra y cielo (1919), y culminando en Dios deseado y deseante (publicado póstumamente), exploran lo trascendente y lo divino desde una perspectiva panteísta, buscando la fusión con la naturaleza y la belleza absoluta.

Además de su vasta obra lírica, Juan Ramón Jiménez es universalmente conocido por Platero y yo (primera edición completa en 1917), una elegía andaluza en prosa poética que, a través de la tierna amistad entre el poeta y su burro Platero, ofrece una visión lírica y emotiva de la vida y el paisaje moguereño.

Las Vanguardias: Ruptura e Innovación en el Arte y la Literatura del Siglo XX

Contexto de Surgimiento y Espíritu Renovador

A comienzos del siglo XX, la profunda agitación política y social que sacudía Europa encontró un eco directo en el mundo del arte y la literatura a través de la eclosión de las vanguardias. Estos movimientos artísticos nacieron con un espíritu de reacción radical contra las normas estéticas y los valores burgueses establecidos. La devastadora crisis provocada por la Primera Guerra Mundial (1914-1918) no hizo sino acentuar la desconfianza generalizada en los sistemas democráticos liberales y, paradójicamente, favoreció el auge de los totalitarismos en diversos países. En este convulso periodo, surgió un vigoroso impulso de renovación intelectual, alimentado en gran medida por nuevas corrientes de pensamiento como el psicoanálisis de Sigmund Freud y las diversas interpretaciones del marxismo.

Características Fundamentales de las Vanguardias

Los movimientos de vanguardia, pese a su diversidad, compartieron una serie de rasgos definitorios:

  • Ruptura con la tradición: Rechazaron la lógica discursiva, el realismo mimético y el sentimentalismo romántico y burgués.
  • Apuesta por la originalidad y la experimentación: Buscaron nuevas formas de expresión, explorando los límites del lenguaje y de los materiales artísticos. La creatividad y la innovación se erigieron como valores supremos.
  • Carácter heterogéneo: No constituyeron un bloque uniforme ni un programa estético único. Sus manifestaciones abarcaron desde la provocación lúdica y el nihilismo hasta la crítica social comprometida y la búsqueda de nuevas utopías.
  • Internacionalismo: Aunque con particularidades locales, los movimientos vanguardistas tuvieron una vocación internacional, con intercambios fluidos de ideas y artistas entre diferentes países.

Principales Movimientos Vanguardistas Europeos

Entre los «ismos» más influyentes que surgieron en Europa, destacan:

  • Expresionismo: Originado en Alemania y Centroeuropa antes de la Primera Guerra Mundial, se caracterizó por la expresión de la angustia existencial y la visión subjetiva y deformada de la realidad. Buscaba plasmar las tensiones internas del ser humano y la crisis de la sociedad contemporánea. En España, se pueden rastrear antecedentes expresionistas en figuras como Quevedo y Goya.
  • Futurismo: Fundado en Italia por Filippo Tommaso Marinetti con la publicación de su Manifiesto Futurista en 1909. Exaltó la modernidad, la máquina, la velocidad, la fuerza y la violencia, y propugnó la destrucción de los museos y las bibliotecas.
  • Dadaísmo: Surgido en Zúrich (Suiza) en 1916, durante la Primera Guerra Mundial, con figuras como Tristan Tzara. Se caracterizó por su rebeldía nihilista, el azar, el absurdo y la provocación. Defendió la libertad absoluta del arte, cuestionando todas las convenciones y la propia noción de obra artística.
  • Surrealismo: Impulsado por André Breton, quien publicó el primer Manifiesto Surrealista en 1924. Influido por el psicoanálisis, buscó explorar y expresar el mundo del inconsciente, los sueños y el automatismo psíquico, liberando la imaginación de las ataduras de la razón y la moral.

La Vanguardia en España: Creacionismo y Ultraísmo

La recepción y desarrollo de las vanguardias en España fue particular, destacando principalmente dos movimientos autóctonos, aunque con influencias internacionales:

  • Creacionismo: Introducido en España por el poeta chileno Vicente Huidobro y con seguidores como Juan Larrea y Gerardo Diego. Su postulado fundamental era que el poeta debía «crear una realidad nueva con la palabra», independiente del referente real, como un pequeño dios («Hacer un poema como la naturaleza hace un árbol»).
  • Ultraísmo: Movimiento eminentemente poético que surgió alrededor de 1918, con Rafael Cansinos Assens como principal teórico y animador desde la revista Grecia. Buscó una renovación radical del lenguaje poético a través de la metáfora audaz, la eliminación de la anécdota y los nexos lógicos, la supresión de la rima tradicional y la disposición tipográfica innovadora de los versos.

La figura de Ramón Gómez de la Serna fue crucial en la difusión de las ideas vanguardistas en España. A través de sus tertulias en el Café Pombo, sus artículos y, especialmente, sus greguerías, familiarizó al público español con la nueva sensibilidad artística y literaria.

La Vanguardia en Hispanoamérica: Identidad y Experimentación

En Hispanoamérica, las vanguardias se desarrollaron con gran vigor, adaptando las influencias europeas a las realidades sociales, culturales y políticas propias del continente. Figuras como el peruano César Vallejo (con su obra cumbre Trilce) y el ya mencionado chileno Vicente Huidobro (fundador del Creacionismo) son exponentes de una vanguardia que, sin renunciar a la experimentación formal, a menudo incorporó una profunda reflexión sobre la identidad y la condición humana en el contexto latinoamericano.

Algunas manifestaciones notables incluyen:

  • En Argentina: El Ultraísmo tuvo un importante desarrollo (con figuras como Jorge Luis Borges en su etapa inicial), y surgió también el Martin Fierrismo (alrededor de la revista Martín Fierro), que buscaba una síntesis entre la vanguardia y la tradición nacional.
  • En México: El Estridentismo (Manuel Maples Arce, Arqueles Vela) fue un movimiento que abrazó la modernidad urbana y la estética futurista, mientras que el Muralismo (Diego Rivera, David Alfaro Siqueiros, José Clemente Orozco) representó una vanguardia con un fuerte componente social y político, buscando un arte público y monumental que reflejara la historia y las luchas del pueblo mexicano.
  • En otros países: Movimientos y figuras relevantes surgieron en toda la región, como el Afrocubanismo en Cuba.

La evolución posterior de la literatura hispanoamericana vería cómo las semillas de la vanguardia fructificaron en diversas corrientes, incluyendo una asimilación particular del surrealismo y, más adelante, el complejo fenómeno del neobarroco, que retomó la experimentación verbal con nuevas perspectivas.

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