Novecentismo y Vanguardias: Características, Autores y Obras

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1. El Novecentismo

El Novecentismo fue un movimiento cultural que se opuso a todo lo considerado propio del "ochocientos" (el siglo XIX), incluyendo no solo el Romanticismo y el Realismo, sino también el Modernismo. La significativa fecha de 1914, que marca el comienzo de la Primera Guerra Mundial y el fin social y político del siglo XIX, ha llevado a que también se les denomine Generación del 14. El Novecentismo presupone un tipo de intelectual diferente. El papel de los escritores novecentistas no se limita a la actividad intelectual o artística, sino que también pretenden influir en la realidad española de su tiempo y participan en la vida política. En gran medida, son los continuadores de la ideología progresista que, en el siglo XIX, apareció en nuestro país con los pensadores krausistas, seguidos luego por la Institución Libre de Enseñanza. Se consideran europeístas, porque piensan que la modernización de la vieja España no puede tener otro horizonte que el de la industrializada y liberal Europa.

Características de los escritores novecentistas

  1. Racionalismo, antirromanticismo: Frente al irracionalismo modernista, prefieren el rigor intelectual, el análisis frío y objetivo de las circunstancias. Se rechaza lo sentimental y pasional, y se prefiere lo clásico, las actitudes equilibradas.
  2. Defensa del arte puro: El arte debe estar diferenciado de otras disciplinas no artísticas. Tiene que limitarse a proporcionar placer estético y no ser vehículo de propagación religiosa o política ni de emociones privadas.
  3. Estilo cuidado: El ideal de "obra bien hecha" lleva a una extrema preocupación por la concepción y estructura de las obras y por su lenguaje.
  4. Aristocratismo intelectual: Es una literatura concebida para minorías selectas.

Al tiempo que los novecentistas imponen su pensamiento en España, en Europa se desarrollan las Vanguardias.

2. Características de la Novela y el Ensayo

El carácter intelectual de los escritores novecentistas hace que el género del ensayo sea una de sus formas de expresión preferidas:

  1. José Ortega y Gasset: Figura intelectual de referencia. Entre sus numerosos ensayos podemos destacar El tema de nuestro tiempo, Meditaciones del Quijote y La rebelión de las masas. En La deshumanización del arte, su ensayo de carácter estético más importante, realiza un análisis sociológico del arte de vanguardia.
  2. Eugenio D'Ors: Defiende la vuelta al clasicismo, un estilo elegante y una actitud vital y optimista que se opone directamente al Modernismo decadente, con obras como Lo barroco.
  3. Manuel Azaña: Destacado intelectual y político. Publicó diversos ensayos sobre Juan Valera, El Quijote, etc.

En cuanto a la novela, abundan los relatos que continúan orientaciones estéticas anteriores. La novela novecentista se caracteriza por:

  1. Ser una novela deshumanizada. Es una reflexión del hombre por medio de la inteligencia, el humor o el ingenio.
  2. Dirigida a una minoría sensible y preparada.
  3. No tiene estructura determinada.
  4. Los protagonistas no evolucionan.
  5. Rechazan el Realismo y el sentimentalismo.
  6. Preocupación formal manifestada en el lenguaje.

Una intención estilística renovadora en la órbita del Novecentismo se advierte en:

  1. Gabriel Miró: Dos etapas en su producción: en la primera todavía está presente la influencia modernista, por ejemplo, Las cerezas del cementerio. En su segunda etapa acentúa sus rasgos al exagerar las percepciones sensoriales subjetivas. Se observa en sus dos novelas más ambiciosas: Nuestro Padre San Daniel y El obispo leproso.
  2. Ramón Pérez de Ayala: Sus primeras novelas (A.M.D.G., La pata de la raposa) están todavía próximas a la novela realista. Distintas son las novelas que escribe en la década de los veinte: Belarmino y Apolonio, y dos novelas dobles, Luna de miel, luna de hiel y Los trabajos de Urbano y Simona, por un lado, y Tigre Juan y El curandero de su honra, por otro. Son novelas intelectuales.

3. Juan Ramón Jiménez

Juan Ramón Jiménez es la figura que mejor representa al poeta aislado en su "Torre de marfil".

Etapas de su obra

  1. La etapa sensitiva (1898-1915): Esta etapa se subdivide a su vez en dos sub-etapas.
    • La primera está marcada por la influencia de Bécquer, el Simbolismo: rima asonante, verso de arte menor y musicalidad. Se trata de una poesía emotiva y sentimental. Pertenecen a esta etapa Rimas (1902), Arias tristes (1903), Jardines lejanos (1904), Elegías (1907).
    • La segunda época denota una mayor impronta modernista, del Simbolismo y Parnasianismo francés y del decadentismo: arte mayor, rima consonante, estrofas clásicas. Pertenecen a esta sub-etapa La Soledad Sonora (1911), Platero y yo (elegía andaluza) (1914) y Estío (1916), entre otros.
    Hacia el final de esta etapa, el poeta empieza a sentir el hastío del Modernismo y preocupaciones relacionadas con el tiempo y la posesión de una belleza eterna. Platero y yo (1914) es la obra más popular del poeta.
  2. La etapa intelectual (1916-1936): Su primer viaje a América y el contacto con la poesía en inglés marca profundamente esta segunda etapa, que le vincula a la corriente literaria del Novecentismo. En su deseo de salvarse ante la muerte, se esfuerza por alcanzar la eternidad, y eso solo puede conseguirlo a través de la belleza y la depuración poética. Suprime toda la musicalidad, los argumentos poéticos, la aparatosidad externa y ornamental anterior para adentrarse en lo profundo, en lo bello, en lo puro, en lo esencial. De esta época destacan Eternidades (1918), Piedra y cielo (1919), Poesía (1917-23) y Belleza (1917-23). El tema central es ya la creación poética: la poesía como actividad, el poema como objeto artístico y el poeta como dios-creador de un universo nuevo. Para Juan Ramón, la poesía será sobre todo Belleza, Conocimiento y Eternidad.
  3. La etapa suficiente o verdadera (1937-1958): Todo lo escrito durante su exilio americano. Juan Ramón continúa en busca de la belleza y la perfección, aunque prepara un amplio libro en favor de la República española, Guerra en España. Publica Animal de fondo (1949), Tercera antología poética (1957), En el otro costado (1936-42) y Dios deseado y deseante (1948-49). El poeta busca a Dios «sin descanso ni tedio». Pero ese dios no es una divinidad externa al poeta, sino que se halla en él y en su obra. Ese dios al que se refiere es causa y fin de la belleza. El poeta llega incluso a identificarse con ese dios que tanto ha buscado.

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