La novela en España de 1939 a 1975: Tendencias, autores y obras
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La guerra civil supuso un corte profundo con la literatura anterior. Quedan prohibidas las novelas de preguerra y las de los exiliados.
En la década de los años 40 hay una novela falangista, similar a la ideología de la poesía arraigada. Estos novelistas, de acuerdo, quieren dejar constancia de la victoria como una gesta salvadora. Destaca la obra A la fiel infantería de García Serrano.
La familia de Pascual Duarte de Cela inaugura una corriente llamada tremendismo en la que los autores presentan una visión agria de realidades brutales seleccionando los aspectos más duros de la vida. Más tarde, la novela Nada de Carmen Laforet inaugura la corriente existencialista. Estas novelas reflejan la amargura de la vida cotidiana desde un punto de vista existencial.
En la década de los años 50 se inicia la novela social que intenta reflejar la realidad de forma objetiva. Se presentan los ambientes concretos del trabajo, de las profesiones, del campo o de la ciudad. La Colmena de Cela.
El espacio y el tiempo suelen concentrarse en un lugar y en una pequeña duración de tiempo. La novela más representativa de esta novela es El Jarama de Sánchez Ferlosio, obra conductista en la que el narrador desaparece y todo el elemento narrativo procede de lo que dicen y hacen los personajes. Otras Últimas tardes con Teresa de Marsé.
En los años 60 se produce una renovación de la novela por cansancio del realismo y el descubrimiento de la narrativa hispanoamericana. Se da la novela experimentalista.
Tiempo de silencio de Martín Santos el monólogo interior, el contrapunto, el perspectivismo, el desorden temporal, el narrador en 2ª persona,… Otras obras renovadoras: Cinco horas con Mario de Miguel Delibes, La saga/fuga de J.B de Torrente Ballester.
En los años 70, el cansancio del experimentalismo, cuyas obras se leen con gran dificultad, hace que los novelistas vuelvan los ojos a la tradición y resuciten el placer por contar. Se recupera el argumento, se vuelve a utilizar las personas narrativas y se abandonan las intenciones políticas.
Algunos autores tienden al neorrealismo: Nubosidad variable de Carmen Martín Gaite, otros autores se centran en la novela policíaca: Los mares del Sur de Vázquez Montalbán, La tabla de Flandes de Pérez Reverte y novela lírica: La lluvia amarilla de Julio Llamazares.