La Novela Española de los Años 50: Realismo Social y sus Rasgos

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La Novela de los Años 50: El Realismo Social

Esta tendencia abarca aproximadamente una década, la de los años 50, y por ello a los autores se les ha denominado Generación del Medio Siglo o Generación del 55. En ella aparecen escritores de gran renombre como Aldecoa, Sánchez Ferlosio, Cela, Delibes, Ana Mª Matute y, posteriormente, otros como Alfonso Grosso, Carmen Martín Gaite, Caballero Bonald, etc.

Rasgos Característicos del Realismo Social

  • Denuncia Social: Se lleva a la novela el estado de la sociedad y se presentan las desigualdades e injusticias que existen en ella. Las novelas reflejan la realidad española y sirven como instrumentos de denuncia de las injusticias sociales.
  • Compromiso del Autor: El autor muestra un compromiso social, intenta luchar con sus armas para denunciar y criticar los males de la sociedad con el fin de crear una conciencia social que ayude a mejorar la situación.
  • Solidaridad con los Marginados: Paralelamente, se da una actitud solidaria con los más desvalidos y miserables; con los seres más marginados de la sociedad. Los autores sienten una irresistible inclinación hacia personajes de niveles sociales ínfimos. La denuncia de la vida de estos hombres plasma la disconformidad del autor ante la situación del país.
  • Diversidad de Ambientes: Estas novelas presentan ambientes centrados en el mundo de las ciudades, la vida en el campo, la vida burguesa (sus frívolos comportamientos y su falta de concienciación social) o el mundo obrero (la dureza del trabajo, las malas condiciones laborales, las pésimas retribuciones...).

Aspectos Estéticos Destacados

  • El Personaje Colectivo: Estas novelas se refieren a un sector, o un grupo, a varios o a la totalidad de la sociedad; pero, en cualquier caso, carecen de protagonista individual. Para mostrar el estado de las cosas se analiza la sociedad, se crea un héroe múltiple y colectivo (ejemplos: La colmena de Cela, La noria de Luis Romero). Hay un rechazo de la novela psicológica que se adentraba en el estudio de las almas.
  • El Objetivismo: Si se trata de eludir lo psicológico, esto conduce al autor a una actitud objetiva en la presentación de hechos y personajes. El autor, en una visión cinematográfica, presenta lo que ve sin valorarlo ni comentarlo. Pretende dar una visión de la realidad sin inmiscuirse en el relato. La obra que mejor manifiesta esta técnica objetivista o conductista es El Jarama de Rafael Sánchez Ferlosio. A pesar de los intentos, el objetivismo total es casi imposible, ya que el autor, en la selección de ambientes y de personajes de su relato, refleja su forma de pensar y su concepción del mundo.
  • Estructura Lineal: El desarrollo de los hechos suele llevar una estructura lineal, ya que se presentan de forma sucesiva y cronológica. También hay excepciones como La colmena, donde son evidentes los saltos en el tiempo y la simultaneidad de determinados hechos.
  • La Concentración: Un rasgo característico de estas novelas es la concentración, ya que muchas de ellas presentan historias que suceden en pocos o incluso en un día. Esto obliga al autor a condensar y concretar los episodios que conforman la obra.
  • Lenguaje: En cuanto al lenguaje, en algunas obras se adoptará el estilo de crónica desnuda y directa; otras mantendrán un lenguaje más rico y variado, llegando incluso a un profundo lirismo.
  • El Diálogo: El diálogo aparece como medio narrativo, ya que el autor quiere recoger el habla viva de cualquier clase social. Además, el diálogo da al autor la posibilidad de ocultarse tras la expresión libre y real de los personajes del relato.

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