La novela española de la segunda mitad del siglo XX: Del realismo social a la experimentación

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La novela social (1950-1962)

Con un auge que comienza en 1954 y se extiende hasta 1961, la novela social de los años 50 se caracteriza por su realismo y su enfoque en la sociedad española contemporánea. Obras como “La colmena”, de Camilo José Cela, y “La noria”, de Luis Romero, sientan las bases de este movimiento. Sin embargo, a partir de la publicación en 1962 de “Tiempo de silencio”, de Luis Martín-Santos, los narradores comienzan a explorar el experimentalismo formal.

A pesar de la experimentación emergente, la novela social se consolida, abordando una variedad de temas que tienen un elemento común: la representación de la sociedad española en diversos ambientes. La dureza y el atraso del mundo rural, el mundo obrero de las grandes ciudades y la miseria son algunos de los temas recurrentes. Dentro de la novela social, se distinguen dos corrientes principales: el objetivismo y el realismo crítico.

El objetivismo

Influenciado por el nouveau roman y el cine, el objetivismo se caracteriza por:

  • Reducción de la presencia del narrador, adoptando un punto de vista documental similar al de una cámara cinematográfica.
  • Interés por el contexto social.
  • Preferencia por el personaje colectivo.
  • Eliminación de la introspección y el análisis psicológico de los personajes.

“El Jarama”, de Rafael Sánchez Ferlosio, con su narrador casi ausente, se erige como la obra más representativa de esta corriente.

Cabe destacar la figura singular de Rafael Sánchez Ferlosio, cuya primera novela, “Industrias y andanzas de Alfanhuí” (1951), se aparta del realismo para crear un mundo donde lo poético y lo maravilloso se fusionan. Hombre crítico e incómodo, Ferlosio tarda años en publicar una nueva obra de ficción, abandonando la narrativa por el ensayo.

El realismo crítico

Comparte algunos rasgos con el objetivismo, como la concentración espacio-temporal, el protagonista colectivo y la narración lineal. Sin embargo, en esta corriente, la intencionalidad crítica social es más explícita.

Entre los narradores destacados de este periodo se encuentran Ignacio Aldecoa, Jesús Fernández Santos y Carmen Martín Gaite. Algunos de ellos, como Aldecoa y Fernández Santos, también destacan como grandes cuentistas.

La novela experimental (1962-1975)

En la década de 1960, el interés de los novelistas se desplaza de lo social a la renovación formal y la experimentación técnica y lingüística. La publicación en 1962 de “Tiempo de silencio”, de Luis Martín-Santos, y “La ciudad y los perros”, de Mario Vargas Llosa, marca un punto de inflexión en la narrativa española.

La difusión de narradores hispanoamericanos como Julio Cortázar y Gabriel García Márquez, junto con el conocimiento directo de los grandes novelistas del siglo XX y del nouveau roman, influyen en esta nueva generación de escritores.

Entre los autores consagrados, los narradores del realismo social y los nuevos autores, destacan Luis Martín-Santos y Juan Benet, quienes llevan aún más lejos la voluntad de ruptura con el modelo decimonónico. La novela se vuelve más compleja, y su significado último depende de la participación activa del lector. Se caracteriza por:

  • Ausencia de argumentos claros.
  • Personajes escasos.
  • Reducción, imprecisión o desaparición del elemento espacial.

En 1975, la publicación de “La verdad sobre el caso Savolta”, de Eduardo Mendoza, marca un cambio de tendencia en la narrativa española, con la recuperación de la trama argumental y el gusto por contar una historia.

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