La novela intelectual española: Unamuno y Azorín

Clasificado en Lengua y literatura

Escrito el en español con un tamaño de 2,64 KB

La novela intelectual: Unamuno y Azorín

Miguel de Unamuno (1864-1936)

Miguel de Unamuno fue uno de los intelectuales más destacados del primer tercio del siglo XX. Aplicó su mentalidad racional a todos los ámbitos de la vida, convencido de que la verdad surge de la agonía o lucha de contrarios. Esto le provocó enfrentamientos con el rey Alfonso XIII, con el dictador Primo de Rivera (quien lo desterró en 1924) e incluso con los militares golpistas, tras un apoyo inicial. Su pensamiento sufrió una crisis en 1897 que lo llevó a perder la fe y a debatirse entre el deseo de inmortalidad y la certeza de su inexistencia. Estos rasgos de su carácter y pensamiento se proyectan en sus personajes.

Amor y pedagogía y las "nivolas"

Ya en su primera novela, Amor y pedagogía, rompió con el Realismo, recibiendo críticas a las que respondió que no escribía novelas, sino "nivolas". Unamuno se centró en los conflictos existenciales, con narradores que adoptan el punto de vista del protagonista. Abundan los monólogos interiores, y la trama y los ambientes pierden importancia. Los personajes encarnan un conflicto sin evolución. Otro rasgo típico es la aparición del autor, desdibujando la ficción y la realidad.

Niebla (1913)

En Niebla, Augusto Pérez viaja a Salamanca para hablar con Unamuno, convertido en personaje. Augusto se rebela y pide al autor que lo deje suicidarse.

San Manuel Bueno, mártir (1930)

En San Manuel Bueno, mártir, Ángela Carballino muestra a don Manuel debatiéndose entre la razón, que niega la inmortalidad, y la voluntad, que busca la fe. El tema de la inmortalidad se une a otros: la religión como opio del pueblo, la verdad dolorosa frente a la paz ilusoria, la vida como sueño o la revolución social. Ángela ofrece un relato subjetivo. El episodio clave, la confesión de don Manuel sobre su falta de fe, lo conoce a través de su hermano Lázaro, manteniendo la duda en el lector. El tiempo y el ambiente se relacionan con la representación simbólica de los problemas existenciales.

José Martínez Ruiz, Azorín (1873-1967)

Azorín usó rasgos de la novela intelectual en la trilogía de Antonio Azorín: La Voluntad (1902), Antonio Azorín (1903) y Las confesiones de un pequeño filósofo (1904). La trama se atenúa, pero el detallismo descriptivo cobra importancia, con un estilo cercano al Modernismo esteticista. Tras 1904, sus novelas pierden estructura narrativa, acercándose al ensayo. Destaca Castilla (1912), que intenta captar lo intemporal del paisaje.

Entradas relacionadas: