Obras Maestras del Impresionismo y Postimpresionismo: Monet y Cézanne
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Sol Naciente: La Obra que Definió el Impresionismo
Sol Naciente. Impresión. Claude Monet. 1872. Óleo sobre lienzo. Arte impresionista.
Esta obra muestra una vista del puerto de Le Havre, donde Monet pasó su juventud. En ella, plasma los reflejos de la luz sobre el agua, un tema muy usual en la época. Destaca también la voluntad de querer captar la presencia e influencia de la atmósfera en la naturaleza. Esto hace que no se puedan distinguir con claridad las formas de las embarcaciones del fondo.
Se divisan tres grandes barcos mercantes con sus mástiles y sus chimeneas humeantes. El sol aparece representado por una pequeña bola naranja, que se abre paso entre las tranquilas aguas marinas, en las que navegan varias embarcaciones a remo. En este cuadro, Monet abandona la práctica académica de perfilar y detallar los objetos. Todo cuanto aparece sobre el lienzo es fruto de un conjunto de pinceladas brillantes y dinámicas que solo insinúan, dando una sensación de boceto.
Domina el tono azul grisáceo de la neblina, con la que Monet envuelve todo el cuadro. Este contrasta con el naranja del sol y su reflejo lumínico. Ambos colores son complementarios y su elección no es casual. Se debe al conocimiento por parte del pintor de la ley de contraste simultáneo, descubierta en 1839 por Chevreul. Según esta ley, la yuxtaposición de dos tonalidades complementarias hace que la intensidad de ambas sea mayor, sin necesidad de recurrir al claroscuro.
Esta obra dio inicio al Impresionismo pictórico. Fue expuesta en la primera exposición impresionista, celebrada en 1874, y recibió numerosas críticas, como por ejemplo las de Louis Leroy, que aludían al carácter poco definido del cuadro.
Monet aportó al arte un claro elemento de ruptura respecto al tradicional sistema perceptivo y representativo, y aunque siguiera mostrando una actitud eminentemente naturalista, su experimentación sirvió de base para las posteriores revoluciones postimpresionistas y vanguardistas.
Los Jugadores de Cartas: Una Mirada a la Cotidianidad por Cézanne
Los Jugadores de Cartas. Paul Cézanne. 1893. Óleo sobre lienzo. Postimpresionismo.
El autor reproduce una escena cotidiana en la que dos personajes, sentados alrededor de una mesa, juegan una partida de cartas. El jugador de la izquierda (fumando una pipa) se ha identificado con Alexandre, el jardinero del padre del artista. Este es uno de los cinco cuadros que el artista realizó durante la primera mitad de la década de 1890. Esta temática fue tratada abundantemente por la pintura francesa durante los siglos XVII y XVIII.
De ambos personajes solo vemos sus perfiles. El eje compositivo está ligeramente desplazado hacia la derecha, marcado por la botella de encima de la mesa. Esto hace que el personaje de la derecha aparezca cortado. A pesar de ello, su robusta figura y la inclinación hacia adelante compensan la parte perdida. El torso erguido del jugador de la izquierda forma una columna vertical que contrasta con la línea horizontal de detrás de su cabeza. Asimismo, cabe señalar el triángulo inverso que se forma a partir de las miradas fijas de ambos jugadores en las cartas. La geometría aparece en muchas figuras del cuadro; aun así, debemos recordar que para Cézanne los conceptos de línea y color tienen la misma importancia.
Su pincelada es breve y dispuesta en superposición mediante el uso de diferentes tonalidades. La luz se usa como un elemento de configuración del espacio. La contraposición formal de ambos jugadores está reforzada a través del color, dominando en la composición las tonalidades ocres y pálidas, que el autor invierte en el color de la chaqueta y el pantalón de los personajes.