Las Obras Maestras de Miguel Ángel: David y Moisés en la Escultura Renacentista

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El David de Miguel Ángel: Un Coloso del Renacimiento

La escultura del David, obra cumbre de Miguel Ángel Buonarroti, es un testimonio de la maestría artística del Alto Renacimiento.

Contexto y Características Generales

  • Material: Mármol de Carrara.
  • Dimensiones: 434 cm de altura.
  • Periodo: Cinquecento (siglo XVI).
  • Ubicación Original: Florencia.
  • Encargo: Realizada por encargo de la Ópera del Duomo de Florencia.

Por su imponente tamaño y la audacia de su concepción, el pueblo florentino la había denominado popularmente El Celoso.

Descripción y Simbolismo

La obra representa al joven Rey David en el momento previo a enfrentarse con el gigante Goliat, capturando la tensión y la determinación antes del combate. Considerada una de las obras maestras del Renacimiento, es una escultura de bulto redondo, un desnudo colosal de perfecta belleza masculina, inspirada en la belleza helénica y con una musculatura robusta y detallada.

  • La cara de perfil perfecto y la forma del cabello se acercan a la realidad humana.
  • En la mano derecha sostiene la piedra, y las venas se notan con gran detalle, evidenciando la tensión.
  • Presenta un cuello alargado, que contribuye a la sensación de elevación y nobleza.
  • El dramatismo psíquico se transmite a través de todo el cuerpo, que irradia fuerza contenida.
  • En la boca se aprecia un gesto de amargura y la mirada denota terror o profunda concentración.
  • La cadera ladeada, con la pierna izquierda adelantada y flexible, contribuye a esta tensión pre-combate.
  • Cabeza, manos y torso son más grandes de lo normal, según las medidas clásicas, lo que añade un efecto de colosalidad y potencia expresiva.

Incoherencias y Detalles Notables

Existe una incoherencia notable en la representación: el David no está circuncidado a pesar de ser judío, lo que contradiría la ley judaica. Sin embargo, esta decisión artística podría responder a cánones estéticos de la época o a una interpretación particular del artista.

La figura aparece en tensión y completamente preparado para el combate. El cuerpo está girado con un ligero contraposto, una técnica clásica que aporta dinamismo y naturalidad:

  • La pierna izquierda se adelanta a la derecha.
  • El brazo izquierdo se eleva y se curva hasta casi tocar el hombro.
  • El brazo derecho se deja caer hasta casi tocar el muslo.
  • La cabeza mira hacia su izquierda, con los ojos fijos en su objetivo.

La escultura muestra el momento preciso en el que David decide atacar, pero aún no ha comenzado el combate, capturando la esencia de la decisión y la valentía.

Filosofía y Legado

Miguel Ángel creía que en cada bloque de mármol en el que trabajaba residía un alma, y su labor consistía en liberarla. En el Alto Renacimiento, el contraposto era un símbolo de la escultura antigua, y su uso en el David lo conecta directamente con la tradición clásica.

El David llegó a convertirse en el paradigma de la escultura renacentista, un modelo de perfección y expresión. Fue esculpido con cincel y diseñado meticulosamente para que fuese admirado desde cualquier punto de su perímetro, revelando su maestría tridimensional. Con esta escultura, Miguel Ángel no solo creó una obra de arte, sino que también estableció la idea de la estatua colosal como expresión de poder y belleza.

El Moisés de Miguel Ángel: Dramatismo y Simbolismo Neoplatónico

El Moisés es otra de las esculturas más emblemáticas de Miguel Ángel, destacando por su profunda carga dramática y su complejo simbolismo.

Dimensiones, Material y Ubicación

  • Dimensiones: 235 cm de altura.
  • Material: Mármol.
  • Ubicación Actual: Basílica de San Pietro in Vincoli, Roma.

Esta escultura de mármol está centrada en la figura de Moisés, el profeta bíblico. Lo representa con cuernos en su cabeza, una iconografía común en la época, derivada de una traducción latina de la Biblia (la Vulgata de San Jerónimo) que interpretaba la palabra hebrea para 'rayos de luz' como 'cuernos'.

Contexto del Encargo

Concebida originalmente para la monumental tumba del Papa Julio II en la Basílica de San Pedro, el proyecto sufrió numerosas interrupciones y reducciones. Miguel Ángel marchó a Carrara para dirigir personalmente el corte de los bloques de mármol necesarios. Sin embargo, se vio obligado, por motivos económicos y políticos, a disminuir drásticamente las proporciones del proyecto original.

Finalmente, el Moisés y la tumba se ubicaron en la iglesia de San Pietro in Vincoli. El proyecto se redujo hasta conformar lo que hoy es: un monumento en forma de retablo de dos cuerpos y tres calles, cuyas figuras principales son Moisés en el centro, y las alegorías de Lía y Raquel a los lados.

Descripción y Expresividad

La escultura fue diseñada para ser vista desde abajo, lo que acentúa su monumentalidad. El líder de Israel se presenta sentado, en una pose de profunda reflexión y tensión contenida. Miguel Ángel utiliza una cabeza vuelta, y en sus ojos se aprecia una intensa expresión de ira o frustración, que se refleja en la constitución general de la estatua.

  • El cuerpo y los pliegues de los ropajes provocan una intensa tensión psíquica, como si la figura estuviera a punto de estallar.
  • Se observa la hinchazón de las venas en los brazos, un detalle que subraya la fuerza y la ira contenida.
  • Las piernas grandes y pesadas dan la impresión de que la figura está a punto de levantarse o de iniciar un movimiento brusco.

Simbolismo Neoplatónico

El Moisés es una representación con fuerte simbolismo neoplatónico, una corriente filosófica que influyó profundamente en Miguel Ángel. Esta dualidad se manifiesta en la composición:

  • La parte derecha de la figura se muestra estable y serena, representando lo divino, la razón y la contemplación.
  • En contraposición, la parte izquierda, más dinámica y tensa, simboliza el peligro, la acción y lo terrenal.

La figura está en un estado de tensión contenida, un reflejo de la lucha interna entre lo espiritual y lo mundano. Además, la escultura incorpora los cuatro elementos neoplatónicos:

  • Tierra: representada en la pierna con los pliegues de la ropa, que parecen arraigarse al suelo.
  • Aire: sugerido en la respiración contenida y la vitalidad de la figura.
  • Agua: presente en sus barbas, que caen a modo de cascada, con un fluir orgánico.
  • Fuego: simbolizado por los cuernos, que representan la iluminación divina y la pasión.

La Percepción del Artista

Miguel Ángel pensaba que el Moisés era su representación más realista y viva. Una famosa anécdota cuenta que, al finalizarla, el artista golpeó la rodilla derecha de la estatua con su martillo, exclamando: «¡Parla!» (¡Habla!), sintiendo que a la obra solo le faltaba la propia vida para ser completa.

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