Onomatopeyas, Diminutivos, Registros y Relaciones Sintácticas en 'Los Cachorros'
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Onomatopeyas, Diminutivos, Registros y Relaciones Sintácticas en *Los Cachorros*
Las Onomatopeyas
El uso de **onomatopeyas** y grafismos, como *"ahora no, brr, qué frío"*, es más frecuente en los primeros capítulos, que corresponden a las etapas de la infancia y la adolescencia de los muchachos. En el último capítulo, el lenguaje experimenta una transformación gradual que refleja el proceso de maduración del grupo. En el primer capítulo, hay onomatopeyas complejas que aceleran la narración y previenen al lector de lo que va a ocurrir. Cuando los muchachos crecen, Cuéllar empieza a hacer locuras; estas hazañas se relatan utilizando onomatopeyas. Las cosas que suceden son serias, pero pierden la gravedad con ese uso del lenguaje, llegando a convertirse en acciones tragicómicas. El **tartamudeo de Cuéllar** es signo de inseguridad.
Los Diminutivos
El uso de los **diminutivos** es muy frecuente en todo el relato. Hay muchos tipos de diminutivos, desde los más afectivos hasta los más despectivos. En la novela, predominan los sufijos -ito, -cito y -ecito. En las escenas de Teresita, tienen valor afectivo.
Los Registros
Los chicos utilizan diferentes **registros** que van desvelando los cambios en sus gustos y costumbres a medida que pasa el tiempo. Los muchachos van creciendo; cuando salen a beber, utilizan un lenguaje que les hace sentirse más "hombres": fútbol, chicas, alcohol... El lenguaje de Cuéllar es un lenguaje castrado: tartamudeo, timidez. A veces, el lenguaje se fortalece por su "hombría", pero, al mismo tiempo, su timidez lo delata y, en su timidez, lo desnuda. Cuéllar cambia de registro cuando se enamora de Teresita: habla como un adulto, piropea... El lenguaje de Teresita es infantil, de aparente debilidad e inocencia, aunque realmente es una manipuladora.
Las Relaciones Sintácticas
En *Los Cachorros*, dominan las **relaciones parasintácticas** (yuxtaposición y coordinación). La yuxtaposición de elementos es típica del lenguaje infantil, juvenil, popular y hablado. Destaca la presencia de la conjunción "y"; produce el efecto de intensificación y enumeración. En el último párrafo, el uso abundante de esta conjunción es muy significativo: se relata la muerte de Cuéllar, el lector queda sorprendido, tiene que releer el párrafo porque se encuentra enumerado entre elementos (trivializado).