La Oposición al Franquismo: Del Exilio a la Resistencia Interna
Clasificado en Historia
Escrito el en español con un tamaño de 4,9 KB
La Oposición al Franquismo
Al terminar la guerra civil se prohibió toda actividad que no fuese el partido único. Asimismo, se promulgaron una serie de leyes para exigir responsabilidades políticas a quienes hubieran tenido algún tipo de colaboración con la República. La oposición al régimen quedó totalmente desarticulada tras la guerra.
El Exilio Republicano
En el exterior, las diferentes facciones de la República fueron incapaces de coordinarse. Algunos permanecieron en Francia y, tras la derrota de los nazis, se integraron en la resistencia francesa. Otros, la mayoría, emigraron a México y a otros países latinoamericanos. La mayoría del aparato comunista se trasladó a la URSS.
La Resistencia en el Interior
En el interior también era difícil organizar la oposición. Aún así, la CNT y el PCE, y en menor medida el PSOE, consiguieron organizar alguna célula de resistencia, pero los dirigentes enviados fueron cayendo, pagando con la cárcel o el fusilamiento. La oposición política se originó en dos frentes principales:
El Maquis
- Un movimiento guerrillero en el interior, "el maquis", impulsado por el Partido Comunista de España (PCE), que hicieron una labor de hostigamiento a las fuerzas del orden y del ejército a través de pequeñas partidas. Estaban dirigidas por anarquistas y comunistas. Las acciones se intensificaron a partir de 1945. Poco a poco, las partidas fueron capturadas y exterminadas, y en 1948 el PCE renunció a la táctica guerrillera.
El Gobierno Republicano en el Exilio
- Un gobierno republicano en el exilio, constituido por las principales fuerzas republicanas (PSOE, PCE y republicanos de izquierdas). Tanto el gobierno en el exilio como la guerrilla alentaban la posibilidad de una intervención de las naciones aliadas contra el único sistema político superviviente del fascismo.
La Nueva Oposición
Desde mediados de los años 50, una nueva generación salía a la luz. Alejada de los planteamientos de los dirigentes del exilio, el movimiento sindical clandestino se iba formando a través de las asociaciones católicas de base. La oposición estuvo integrada fundamentalmente por:
- a) El movimiento obrero.
- b) Un movimiento estudiantil e intelectual que abogaba por la liberación de las estructuras universitarias y de la cultura en general.
- c) Una serie de partidos políticos minoritarios y sin unidad entre ellos que, a causa de la represión, se vieron abocados a la lucha clandestina. Entre ellos están el Partido Comunista de España (PCE), grupos socialistas, entre los que cabe destacar el PSOE, y grupos demócratas y liberales.
- d) El gobierno republicano en el exilio, con escasa incidencia en los acontecimientos internos del país.
- e) Personalidades desafectas del propio régimen.
Agitación y Conflictos
Desde finales de los 50 comenzaron a aparecer nuevos síntomas de agitación. Se inició un proceso de distanciamiento de la Iglesia respecto al régimen. Muchos sectores comenzaban a denunciar la situación de los trabajadores e insistir más en la labor de apostolado social y ayuda a los necesitados. A partir del Concilio Vaticano II comenzaron a surgir las reivindicaciones nacionalistas. En 1959, un grupo de jóvenes miembros del PNV se escinde del partido y funda ETA, que optará por la lucha armada para lograr la liberación nacional vasca. En 1960 son detenidos algunos catalanistas, entre ellos Jordi Pujol, acusado de distribuir panfletos antifranquistas en catalán.
Conflictos Laborales
Un tercer frente eran los conflictos laborales. Se multiplicaron las huelgas en los sectores de la minería, siderometalurgia y la construcción.
Tensión Política
En los años 60, las rígidas estructuras políticas contrastaban con la modernización de la sociedad. La tensión fue en aumento a lo largo de 1962. Semanas después de que España pidiera entablar negociaciones de adhesión a la CE, 118 españoles se reunían en Múnich en el marco del cuarto congreso del Movimiento Europeo y aprobaban una declaración recomendando la no admisión de España en tanto que no se restaurasen las libertades. El "contubernio de Múnich" fue descalificado por la prensa de forma virulenta, al tiempo que se multiplicaban las detenciones de dirigentes de la oposición.
La oposición crecía en fábricas y universidades. La agitación era importante en el País Vasco, donde las acciones de ETA eran respondidas con la represión policial, generando alrededor de la banda armada un apoyo popular. Los partidos políticos, muy activos sobre todo en los últimos años del periodo, iban desde las fuerzas liberales hasta los partidos clandestinos de izquierda, grupos nacionalistas independentistas, grupos minoritarios izquierdistas, etc. Su desunión y falta de coordinación hasta 1974 restaron fuerza y eficacia política a su actuar.