Oposición Política y Social en la Restauración Española: Obrerismo y Nacionalismos Periféricos
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La Oposición al Sistema de la Restauración: Partidos no Dinásticos y Movimiento Obrero
Carlistas y Republicanos
El carlismo se mantiene como una ideología defensora del Antiguo Régimen, con presencia principalmente en el interior de Cataluña, Castellón, Navarra y el País Vasco.
El republicanismo español no se articula como un partido político unificado durante gran parte de este periodo. Únicamente los republicanos moderados liderados por Castelar se integran en el Partido Liberal.
Anarquismo
El movimiento anarquista se caracteriza por su naturaleza antiautoritaria. Sus tácticas principales incluyen:
- Rebelión y acción directa.
- Antipoliticismo (rechazo a la participación política parlamentaria).
- Aspiración al colectivismo.
Se desarrolla fundamentalmente en Andalucía, Levante y Cataluña, con influencias destacadas de pensadores como Kropotkin y Bakunin.
Se crearon organizaciones importantes como:
- La Federación Regional Española (FRE) en 1870.
- La Federación de Trabajadores de la Región Española (FTRE) en 1883.
Ya en el siglo XX, surgirá la Confederación Nacional del Trabajo (CNT) en 1910.
Socialismo
El socialismo, considerado por los anarquistas como autoritario y centralista, se distingue por:
- Ser partidario de la dictadura del proletariado.
- Defender una estrategia revolucionaria organizada.
- Promover la estatalización de los medios de producción.
- Abogar por la lucha política y la participación electoral.
Su implantación es mayor en Asturias, País Vasco y Madrid. Sus principales organizaciones son:
- El Partido Socialista Obrero Español (PSOE), fundado en 1879.
- El sindicato Unión General de Trabajadores (UGT), creado en 1888.
Tuvo un papel fundamental en su desarrollo Pablo Iglesias Posse. Sus influencias ideológicas provienen principalmente del pensamiento de Karl Marx.
Los Movimientos Nacionalistas y Regionalistas Periféricos
El Catalanismo
El catalanismo reactivó su identidad cultural a través del movimiento conocido como la Renaixença. Este sentimiento se vinculó al federalismo durante el Sexenio Democrático (con figuras como Pi y Margall) y, con la Restauración, se vio impulsado por las frustraciones de la burguesía industrial catalana ante las políticas estatales.
Fue un movimiento muy activo. Entre sus sectores conservadores destacan figuras como Prat de la Riba. El Desastre de 1898 estimuló aún más la desconfianza de las burguesías periféricas hacia el Estado central, provocando la creación de partidos exclusivamente catalanes, como la Lliga Regionalista en 1901, que inició su andadura en la lucha electoral.
El Nacionalismo Vasco
El nacionalismo vasco se vio espoleado por la pérdida de los fueros tras las guerras carlistas. Se estimuló también por el ejemplo del catalanismo y encontró parte de sus bases ideológicas en el carlismo residual.
Sabino Arana es considerado su principal ideólogo, creador de un nacionalismo de carácter confesional católico y ultraconservador. En 1894 se crea la sociedad Euskeldun Batzokija, y en 1895 se funda el Partido Nacionalista Vasco (PNV).
Galleguismo, Valencianismo y Andalucismo
Estos movimientos son más tardíos y, en sus inicios, están fuertemente ligados a sus respectivas renaixenças culturales y lingüísticas.
- En el valencianismo inicial se distingue una corriente conservadora.
- En Andalucía, surgen figuras que comienzan a ensalzar la identidad y personalidad única andaluza, aunque su articulación política será posterior.
- El galleguismo también se centra inicialmente en la recuperación cultural (Rexurdimento) antes de desarrollar vertientes políticas más definidas.