Optimización de Itinerarios Personalizados de Inserción Laboral: Fases y Acciones Clave

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Fases y Acciones en los Itinerarios Personalizados de Inserción Laboral

Fase 1: La Entrevista Diagnóstica

La primera fase de un itinerario personalizado se corresponde con la entrevista diagnóstica. La entrevista diagnóstica es un proceso de recogida de información de la realidad sociolaboral de la persona demandante con el fin de realizar un diagnóstico de su perfil profesional y de sus potencialidades.

Esta fase se estructurará en dos partes claramente diferenciadas en el tiempo:

  • La entrevista o acogida inicial.
  • La detección de necesidades.

Esta primera fase se suele realizar en dos entrevistas diferenciadas de aproximadamente una hora de duración y se recomienda que no haya un intervalo superior a una semana entre ambas.

La Entrevista Inicial

En la entrevista inicial se establece una primera interacción entre profesional y demandante. En ella se llevan a cabo dos acciones:

  • La acogida o toma de contacto con la persona demandante.
  • La recogida de información.

Fase 2: Diseño del Itinerario Personalizado

El diseño de un itinerario personalizado de inserción o plan de acción, consiste en la planificación de acciones pertinentes y la aportación de los recursos para llevarlas a cabo que nos lleve al desarrollo de la empleabilidad de la persona.

Así, para diseñar un itinerario personalizado será necesario:

  • Planificar de forma conjunta, entre profesional y demandante, un calendario de actuaciones.
  • Que estas acciones se establezcan con base en los intereses, competencias, habilidades y trayectoria formativa y profesional de la persona demandante.
  • Que la finalidad última de este plan de acción sea aportar las estrategias y recursos necesarios que favorezcan las probabilidades de empleabilidad de la persona demandante.

A fin de facilitar el proceso de elaboración del plan de acción se presenta un esquema con el que se pretende simplificar la decisión en la elección de acciones dependiendo de las necesidades.

Acciones y Recursos del Plan de Acción

Acciones para la Derivación por Graves Necesidades Personales o Sociales

Estas acciones se establecerán para las personas que necesitan la cobertura de necesidades básicas o tengan problemas personales o de salud que les impiden el acceso directo al mercado de trabajo ordinario.

A la persona demandante se la derivará a otros organismos, desde donde se llevarán a cabo actividades que mejoren sus condiciones de vida, de higiene, de descanso, de alimentación, y ayudas económicas, o desde donde se puedan abordar problemas como ciertas adicciones, salud mental.

Por ejemplo, una persona sin hogar sería derivada a un servicio residencial donde, además de cubrir las necesidades de alimentación, higiene y vivienda, se le ofrecen actividades sociales y de relación. La idea es la adquisición de hábitos personales y sociales que le permitan iniciar un proceso de inserción laboral.

También se deberá derivar a servicios de orientación jurídica, si el servicio no contempla este tipo de asesoramiento, a las personas inmigrantes que no tengan la documentación reglamentaria o legalizada para poder conseguir un contrato laboral.

Acciones de Orientación e Información Sociolaboral

Estas acciones se realizan, generalmente de forma individual, mediante las entrevistas de tutoría y seguimiento.

Por medio de estas tutorías, el tutor realizará el papel de guía y acompañará y motivará a cada participante en su desarrollo personal y profesional. Contribuirá, además, a mejorar la capacidad para la toma de decisiones y la realización de las acciones y actividades previstas.

La necesidad de estas acciones se puede dar en dos circunstancias, dependiendo del perfil de la persona demandante:

  • Personas que cuentan con una adecuada experiencia profesional y formativa, su actitud hacia la búsqueda de trabajo es positiva, y sus habilidades y competencias personales y laborales son correctas. Estas personas, después de una o dos entrevistas individuales, pueden estar preparadas para las acciones de intermediación laboral.
Acciones de Intermediación Laboral

Para aquellas personas cuyo perfil sea de empleables, el tutor proporcionará información de los portales públicos y privados de ofertas de empleo y podrá derivar al demandante a las ofertas que se gestionan en la oficina de empleo cuyos requisitos cumplan con el perfil laboral del demandante.

Acciones de Formación para el Desarrollo de Habilidades Laborales o Técnicas

Estas acciones las requieren las personas demandantes que carecen de experiencia o formación básica o profesional en la ocupación a la que se pretende optar.

En este caso se trata de aportar los recursos y alternativas formativas de acuerdo con el perfil del usuario, que resulten adecuadas para la mejora de sus competencias técnicas y cualificación profesional. Algunas de las propuestas serían:

  • Acciones para la formación básica.
  • Acciones para la formación profesional por la vía educativa: ciclos formativos.
  • Acciones para la formación profesional por la vía del empleo: certificados de competencia, certificados profesionales.
  • Acciones de acreditación de la experiencia laboral o formación no formal.

Cuando sea necesaria la adquisición de una mínima formación y unos conocimientos básicos para desenvolverse en el medio –graduado en secundaria (ESO)–, se puede optar a estos conocimientos en centros de formación de personas adultas. La formación profesional inicial suele ser larga en el tiempo y no todas las personas demandantes tienen opción de realizarla por falta de disponibilidad. No obstante, en menores y jóvenes se debería hacer un esfuerzo.

Acciones de Formación para el Desarrollo de Habilidades Sociales o Competencias Transversales

Estas acciones están destinadas especialmente a las personas que necesitan un ajuste en sus competencias transversales, como organización, autonomía o iniciativa, pero también en motivación, autoestima. Suelen ofertarse en el propio servicio de orientación por profesionales de este.

La metodología utilizada generalmente es grupal y las estrategias metodológicas serán muy participativas. Algunas de las propuestas de formación serían:

  • Acciones para la motivación hacia el empleo.
  • Soporte a la autonomía personal y social.
  • Entrenamiento de habilidades sociolaborales.

Algunas consideraciones que tener en cuenta a la hora de ofertar un recurso serán:

  • Existen centros de formación y empresas de inserción que ofrecen esta formación en paralelo con la práctica laboral. También es habitual que los ayuntamientos dispongan de este servicio.
Acciones de Formación para el Desarrollo de las Habilidades de Búsqueda Activa de Empleo

Se requieren en las personas que carecen de conocimientos sobre el estado del mercado laboral, de técnicas de búsqueda de empleo, elaboración del currículum vitae, o ayuda en los procesos de selección.

Al igual que las acciones de formación anteriores, vienen establecidas por normativa y son parte de la oferta de acciones de los servicios de orientación, de las empresas de inserción y de algunos centros de formación para el empleo. Algunas de las propuestas de formación serían:

  • Información sobre el mercado de trabajo.
  • Currículum y autocandidatura.
  • Recursos para la búsqueda y candidatura de empleo.
Acciones para Motivar y Fomentar el Autoempleo

Mediante estas acciones se trabajarán los aspectos relacionados con la motivación, el fomento del autoempleo y la cultura emprendedora, por medio de la sensibilización y la información a las personas demandantes.

Algunas de las acciones irán encaminadas a:

  • Adquirir información suficiente sobre el autoempleo como vía de acceso al mercado laboral.

Fase 3: Seguimiento del Plan de Acción

La supervisión de un itinerario personalizado se realiza mediante la tutorización del proceso de inserción. La tutorización comprenderá una serie de entrevistas individuales mediante las cuales se acompañará a la persona demandante a lo largo de las diferentes acciones establecidas en el plan de acción.

Estas entrevistas son el marco idóneo para la orientación e información, sobre todo en aquellas personas que por circunstancias personales o bien por la singularidad de su perfil sociolaboral no es aconsejable introducirlas en una actuación grupal.

Mediante la tutorización se van obteniendo datos, de forma sistemática, acerca del proceso de inserción: si se van cumpliendo los tiempos (cronograma), si se alcanzan los objetivos y si el o la demandante está llevando a cabo las acciones.

Se trata de recabar información cualitativa acerca de cómo está viviendo el proceso de inserción y el grado de satisfacción con las diferentes acciones.

Esta información se utilizará para comprobar si son efectivas estas acciones o es conveniente adaptar o cambiar en algún aspecto el plan de acción. Se verificará, además, que se cumplan los acuerdos que se pactaron en el contrato de compromiso y, en caso de que no sea así, se averiguará si es necesario negociar nuevos acuerdos.

En el caso de que el tipo de acciones se realice en un centro educativo (propuestas de formación), el y la técnica se coordinará con la persona responsable de la formación por medio de informes de seguimiento.

Fase 4: Evaluación del Itinerario Personalizado

La evaluación final del itinerario permitirá conocer el grado en que se han alcanzado los resultados planificados desde el inicio de la intervención, es decir, si los objetivos y metas establecidos en el plan de acción se han cumplido.

Ámbitos de Evaluación

La evaluación final se realizará en el momento en el que el proceso de inserción se dé por finalizado y se llevará a cabo desde diferentes ámbitos.

La Evaluación de los Resultados Obtenidos

Los resultados de un proceso de inserción no se pueden evaluar en términos puramente objetivos de consecución o no de un puesto de trabajo, sino que hay que tener en cuenta otras variables más subjetivas relacionadas con la calidad de la intervención. Por ello, entre otros aspectos, se deberá analizar:

  • La calidad del empleo. No es lo mismo que el demandante consiga cualquier tipo de trabajo que el empleo deseado, acorde con sus expectativas, formación, experiencia e interés.
  • La duración del contrato. La precariedad de los contratos actuales tampoco facilita la evaluación de una intervención como positiva aunque se firme un contrato, pues son muchos los casos en que se consigue un trabajo, pero en los que la persona, en el plazo de seis meses, o menos, acude de nuevo al servicio sin empleo.
  • El grado de adaptación y de satisfacción que la persona demandante muestre en la empresa. Son variables de ámbito personal altamente relacionadas con la posibilidad de conservar el puesto de trabajo.

De esta forma, se puede considerar una intervención como positiva si ha supuesto para la persona demandante un proceso de desarrollo y de aprendizaje personal y sociolaboral. Para valorarlo, se deberá contrastar y verificar el cambio entre la situación final y el diagnóstico inicial o punto de partida.

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