La oratoria: el arte de hablar bien en público
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La oratoria es el arte de pronunciar discursos o hablar bien en público siguiendo una serie de reglas con la finalidad de convencer o conmover a los que nos escuchan.
La parte teórica de la oratoria que se ocupa del estudio concreto de esas reglas y de la enseñanza de las partes del discurso es la retórica.
Los discursos aparecen desde antiguo en géneros como la épica y la lírica pero no será hasta el siglo V a. C. cuando el estilo oratorio invade toda la literatura latina, son muy pocos los discursos de los que disponemos como muestra directa de la facilidad romana para hablar bien en público (elocuencia). El desarrollo de la oratoria en Roma se vio favorecido por el sistema político republicano que basaba todas sus decisiones en la consulta popular. La oratoria llenaba gran parte de la vida pública y política de Roma.
El primer discurso del que tenemos noticia es el pronunciado por Apio Claudio el ciego (s. IV a. C.) con motivo de la guerra contra Pirro. Cuando el arte de hablar bien se considera un instrumento educativo surge la retórica. A mediados del s. II a. C. muchos maestros de retórica griegos llegaron a Roma dispuestos a enseñar. Pero el sector más conservador de la sociedad romana, encabezado por Catón el censor (s. II a. C.), consiguió momentáneamente la expulsión de los rétores y filósofos griegos de Roma. Finalmente, los estudios de retórica terminan imponiéndose y constituyendo, junto con la gramática, la base indispensable de la educación de los jóvenes de las familias acomodadas.
En el ámbito de la retórica se distinguen tres escuelas que proponen distintos modelos de elocuencia, tomados todos del mundo griego:
Escuela neo-ática:
tenía como modelo el estilo de los escritores de la época clásica de Atenas. Propugnaba un tipo de oratoria espontánea, carente de artificio y de excesivos adornos. Esta tendencia tuvo dos maestros C. Licinio Calvo y M. Junio Bruto, ambos del s. I a. C.Escuela asiánica:
sigue el estilo de la oratoria griega que se desarrollaba en las ciudades de Asia. El máximo representante de esta tendencia fue Hortensio (114-50 a. C.).Escuela rodia:
a partir del siglo II a. C. la isla de Rodas se convierte en el mayor centro de cultura del Mediterráneo oriental, destacando entre sus enseñanzas la de retórica. En Rodas se formó Cicerón. En el desarrollo de la oratoria en Roma se pueden distinguir tres etapas:La oratoria pre-ciceroniana
la conocemos sólo por pequeños fragmentos de discursos conservados. El primer orador del que tenemos constancia y conservamos fragmentos es Catón el censor, defensor de las costumbres latinas. Sabemos que escribió más de 150 discursos de los que nos han llegado, aproximadamente, fragmentos de 80.Entre los oradores amantes de todo lo heleno (griego)
podemos destacar a Escipión Emiliano, el cónsul Lelio y los hermanos Graco.En los últimos años del s. II a. C. destacan como oradores Marco Antonio y Craso.
Uno de los contrincantes más difíciles de Cicerón en los tribunales fue Hortensio Hórtalo con quien después llegaría a entablar una gran amistad. Por último, también Julio César es mencionado por Cicerón como uno de los oradores romanos más ingeniosos. Conservamos también de los primeros años del siglo I a. de C. un tratado de retórica anónimo Rhetorica ad Herennium. Cicerón nació en Arpino, una pequeña ciudad al sur del Lacio, perteneció a una familia de clase media que le permitió estudiar en Roma y Grecia. En la guerra civil se puso de parte de Pompeyo. Al vencer, César lo perdonó; Cicerón decidió entonces retirarse de la vida pública y dedicarse a la redacción de su obra filosófica.