Órganos del Sistema Digestivo: Hígado, Páncreas, Intestino Delgado, Intestino Grueso y Ano
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Hígado
El hígado cumple diversas funciones vitales para el organismo, entre ellas:
- Síntesis de proteínas plasmáticas.
- Producción de bilis, esencial para la digestión de las grasas.
- Almacenamiento de vitaminas.
- Detoxificación: elimina de la sangre sustancias nocivas para el organismo.
Páncreas
El páncreas es una glándula con funciones tanto exocrinas como endocrinas:
- Función exocrina: produce jugo pancreático, que se vierte en el intestino y contribuye a la digestión gracias a su contenido en enzimas digestivas.
- Función endocrina: produce insulina, una hormona que regula los niveles de glucosa en sangre, impidiendo que superen un determinado límite.
El jugo pancreático, junto con la bilis y el jugo intestinal, contribuye a la formación del quilo en el duodeno.
Intestino Delgado: Yeyuno e Íleon
El intestino delgado se divide en tres partes: duodeno, yeyuno e íleon. Las funciones del yeyuno y el íleon son:
- Yeyuno: se encarga de la absorción de los nutrientes del quimo alimenticio. En esta sección, el jugo intestinal descompone al máximo los hidratos de carbono, las proteínas y los lípidos.
- Íleon: absorbe principalmente la vitamina B12 y las sales biliares, así como otros productos de la digestión que no fueron absorbidos por el yeyuno.
Intestino Grueso
El intestino grueso tiene como función principal absorber el agua restante del quimo después de su paso por el resto del sistema digestivo. Además, almacena los residuos de la digestión, ya convertidos en excremento.
En el intestino grueso también se produce la absorción de electrolitos.
Ano
El ano es la abertura final del tracto digestivo. Su función principal es controlar la defecación:
- Se relaja durante la defecación para permitir la expulsión de las heces.
- Se contrae después de la defecación para evitar la expulsión involuntaria del contenido intestinal.
- Durante la defecación, el ano asciende y se amplía en su anillo interno, creando un embudo que recibe las heces.
El esfuerzo abdominal voluntario ayuda a la expulsión de las heces, pero no debe ser excesivo para evitar la aparición de hemorroides. Una dieta rica en fibra facilita la defecación.