Orígenes y Evolución del Movimiento Obrero en España (Siglo XIX - Principios XX)
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Génesis y Desarrollo del Movimiento Obrero en España
Orígenes durante el Reinado de Isabel II
La aparición del movimiento obrero tuvo lugar en España durante el reinado de Isabel II. En torno a la década de 1840, se crearon en España las primeras agrupaciones de trabajadores: las sociedades de auxilio mutuo. Estas organizaciones ayudaban a sus afiliados en caso de paro, enfermedad, invalidez o a sus viudas. Inicialmente, estas sociedades no tenían una orientación política definida; su objetivo principal era proteger a los trabajadores, intentar impedir el descenso de los salarios y luchar por el pleno derecho de asociación.
El proletariado, tanto urbano como rural, sufría duras condiciones laborales, lo que fue causa de numerosos conflictos. En un primer momento, el Partido Demócrata y los republicanos asumieron parte de las reivindicaciones sociales de los trabajadores, hasta que estos comenzaron a crear sus propias asociaciones con programas específicamente obreros.
Factores Impulsores y Desarrollo Inicial
Varios factores propiciaron la consolidación del movimiento obrero:
- El reconocimiento del derecho de asociación que recogía la Constitución de 1869, durante el Sexenio Democrático.
- La fundación de la Primera Internacional (Asociación Internacional de Trabajadores, AIT) en 1864, que difundió en España las nuevas doctrinas anarquistas y socialistas.
- La inestabilidad política durante el Sexenio Democrático (1868-1874), coincidiendo con la difusión de las ideas de la I Internacional, fomentó la agitación revolucionaria y la organización obrera.
El Movimiento Obrero durante la Restauración
Tras un periodo de clandestinidad y represión al inicio de la Restauración, el movimiento obrero experimentó una recuperación. Un hito importante fue la Ley de Asociaciones de 1887, impulsada durante un gobierno de Sagasta, que legalizaba las organizaciones obreras y sindicales, permitiendo su expansión.
Principales Tendencias Ideológicas
El movimiento obrero español se dividió principalmente en dos grandes corrientes:
1. La Tendencia Marxista
Pequeños núcleos marxistas fundaron en 1879 el Partido Socialista Obrero Español (PSOE), bajo el liderazgo destacado de Pablo Iglesias. En 1888, los socialistas impulsaron la creación del sindicato Unión General de Trabajadores (UGT) con el objetivo de mejorar las condiciones laborales de los trabajadores a través de la negociación y la huelga. La implantación del socialismo fue inicialmente lenta, en parte debido a su relativo radicalismo en comparación con otras fuerzas y a la competencia con el anarquismo, logrando mayor presencia en Madrid, Asturias y Bilbao. El PSOE consiguió su primer diputado en las Cortes en 1910, presentándose a menudo en coalición con los republicanos.
2. La Tendencia Anarquista
El anarquismo ejerció una influencia considerablemente mayor en regiones como Cataluña, Andalucía, Aragón y Valencia. Dentro del anarquismo español coexistieron distintas estrategias y organizaciones:
- Grupos de Acción Directa: Pequeños núcleos, a menudo clandestinos (como la polémica "Mano Negra", cuya existencia real como organización estructurada es debatida por los historiadores), que utilizaban la violencia (la 'propaganda por el hecho') para intentar conseguir el cambio social y político. Sus objetivos solían ser miembros de las élites económicas y políticas (por ejemplo, el asesinato de Cánovas del Castillo en 1897 o atentados contra Alfonso XIII).
- Anarcosindicalismo: Representado inicialmente por la Federación de Trabajadores de la Región Española (FTRE), fundada en 1881. Esta corriente, de carácter sindicalista y colectivista, era mayoritariamente partidaria de la acción sindical y proponía la huelga general revolucionaria como principal instrumento para la transformación social. La FTRE se disolvió debido a la fuerte represión gubernamental a la que fue sometida, en parte como consecuencia de los atentados atribuidos a grupos anarquistas. Posteriormente, en 1910, se fundó la Confederación Nacional del Trabajo (CNT), que se convertiría en el gran sindicato anarcosindicalista español.