Orígenes del Movimiento Obrero: Protesta Popular y Resistencia a la Industrialización

Clasificado en Historia

Escrito el en español con un tamaño de 3,76 KB

II.3. Protesta Popular y el Movimiento Obrero

A. Los Primeros Movimientos de Protesta: La Resistencia Frente a la Industrialización

El miedo a la miseria, la degradación del trabajo y las enormes desigualdades que la Revolución Industrial estaba creando, provocaron un enorme resentimiento contra el nuevo sistema económico y un deseo de rehacer el mundo de un modo que eliminase la miseria, la inseguridad, la desigualdad y el sometimiento a los patronos.

Se iniciaron unas protestas en las que participaban los artesanos y campesinos independientes, quienes estaban mejor situados en la sociedad y quienes tenían más recursos económicos y organizativos para iniciar las movilizaciones.

Las protestas populares fueron movimientos que pretendían defender o restaurar derechos tradicionales. Estos movimientos eran muy radicales, ya que lo que deseaban los artesanos y campesinos y lo que ofrecía el capitalismo industrial resultaba incompatible.

El Ludismo: La Destrucción de Máquinas

La primera expresión de la resistencia de los trabajadores de las sociedades tradicionales frente al capitalismo industrial fue el movimiento de destrucción de máquinas, que ha pasado a la historia con el nombre de ludismo. Las primeras acciones contra las nuevas máquinas tuvieron lugar en Gran Bretaña. El Parlamento aprobó una ley que castigaba con la pena de muerte la destrucción de máquinas y fue bastante efectiva.

El Socialismo Utópico y Robert Owen

Una segunda expresión del rechazo al capitalismo industrial fue el primer pensamiento socialista, conocido como socialismo utópico. Robert Owen fue quien tuvo mayor influencia en las primeras asociaciones de trabajadores; fue un empresario que creyó que, comportándose decentemente con sus trabajadores, cambiaría su conducta moral y, al mismo tiempo, incrementaría la productividad.

Un hecho importante fue que las leyes *Anti-Asociación*, que prohibían la formación de sindicatos, fueron revocadas. A partir de entonces, la actividad sindical comenzó a crecer y Owen se convirtió en el líder. Bajo su liderazgo, comenzaron a fundar grandes cooperativas de trabajo.

El proyecto consistía en ir creando una economía cooperativa paralela, controlada por los propios trabajadores y sus sindicatos, que iría creciendo hasta sustituir al capitalismo. Entre 1831 y 1834 se celebraron ocho congresos cooperativos dedicados a establecer un nuevo orden económico, mientras los trabajadores continuaban trabajando bajo el sistema capitalista. El año 1834, con la creación de la Gran Unión Nacional de Sindicatos, marcó el punto final al rápido desarrollo del cooperativismo socialista. En ese mismo año, una amplia campaña, apoyada por el Estado, destruyó los sindicatos y, poco después, el movimiento obrero se había casi extinguido por completo.

El Cartismo: La Lucha por los Derechos Políticos

Tras la derrota de la estrategia cooperativista, la protesta popular se articuló en torno al cartismo. Los sindicatos de trabajadores demandaban el derecho al voto para poder participar en la política del Estado. El movimiento cartista tuvo un crecimiento enorme, pero con el paso del tiempo se dividió entre el partido de la fuerza física y el de la fuerza moral, debilitándose progresivamente hasta disolverse por completo.

Pero consiguió que los gobernantes iniciaran la primera reforma legal favorable a los trabajadores: la ***Ley de Reforma de las Fábricas***, que establecía una jornada máxima de once horas.

Entradas relacionadas: