El Pacto de Ostende de 1866: Origen de la Revolución Gloriosa y Fin del Reinado de Isabel II
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Clasificación
Compromiso político firmado en la ciudad belga de Ostende, el 16 de agosto de 1866.
Autoría
Grupo de representantes políticos de los partidos progresista y demócrata españoles (algunos excluidos desde el exilio), contrarios a la reina Isabel II. El principal promotor del acuerdo fue el general Juan Prim, apoyado por prestigiosos políticos y militares, como Dulce, Serrano, Caballero de Rodas y Topete.
Contexto histórico
Durante el último gobierno moderado (1856-1868) se popularizó la corrupción del sistema político (caciquismo, pucherazos, etc.).
Además, hubo un anhelo generalizado por unos derechos civiles más amplios. Entre las capas ilustradas se implantaba el Partido Demócrata, aparecía el republicanismo, las primeras organizaciones obreras y proliferaban las agitaciones del campesinado jornalero, a lo que la política moderada respondía con dura represión.
A todo esto se unió la crisis industrial, debido al encarecimiento del precio del algodón, financiera y de subsistencia por las malas cosechas. Este malestar provocó agitaciones sociales, conspiraciones militares y crítica al gobierno. Hubo, también, pronunciamientos progresistas que fueron duramente reprimidos.
Debido a este continuo desprestigio de la reina y la Corte, se formó una alianza contra el gobierno de Isabel II, como los autores de este pacto.
Por todos estos hechos, dos años después de la firma del tratado de Ostende, se sublevó la Armada, la insurrección se expandió rápidamente mediante las juntas revolucionarias y triunfó la revolución conocida como La Gloriosa.
Aspectos fundamentales del tratado de Ostende
En el preámbulo, se menciona a los grupos políticos que desean hacer un cambio en la política española. Dichos grupos se hallaban marginados por los moderados, que respondían con represión a las demandas de libertad. Se menciona claramente la posibilidad de una revolución: si no concurrían unas y otras, yo tampoco concurría. También se declaran partidarios de los principios democráticos, es decir, el sufragio universal, que permitiese a estos partidos el derecho, tan negado por los moderados, de poder participar en la política.
Por último, se expone la idea antidinástica que poseían ambos partidos (otro motivo por el que colaboraron en la creación de este documento). Con esta idea dan a conocer que no están en contra de la monarquía, pero sí de la dinastía de la reina Isabel II, por la corrupción de sus gobiernos y el continuo desprestigio que esta misma ejercía sobre su figura.
Tras esta idea, se concluye agradeciendo que ambos partidos estuvieran de acuerdo para los artículos de este pacto.
En estos tres artículos se expone con gran claridad el deseo de destronar a Isabel II. En el segundo artículo, de acuerdo con sus principios de defensa del sufragio universal, defienden que, mediante este método, se formarán unas Cortes que se encargarán de decidir la forma de gobierno, que continuará siendo monárquica (puesto que el pueblo era monárquico, pero no borbónico). No obstante, con el poder del rey mucho más limitado y reconociendo un amplio abanico de derechos.
Por último, se reconoce al general Prim como jefe de este movimiento, quien posteriormente, junto a Serrano, convocó las elecciones para la redacción de la Constitución de 1869. También fue importante el papel de Prim cuando el país necesitaba un monarca, pero Isabel II se hallaba en el exilio, puesto que fue él quien ofreció el trono a Amadeo de Saboya.
Conclusión
Este pacto es de gran importancia, puesto que supuso el preludio de los movimientos que dos años más tarde se sublevarían contra la monarquía de Isabel II, consiguiendo acabar con la corrupción de su gobierno y aumentando las libertades, con lo que España se fue aproximando a un modelo de Estado democrático.