El Pacto de San Sebastián: Clave en el Fin de la Monarquía Española
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El Pacto de San Sebastián y el Ocaso de la Monarquía Española
El Pacto de San Sebastián, celebrado en agosto de 1930, fue un hito crucial en la historia de España. Este acuerdo reunió a diversas fuerzas políticas con el objetivo de impulsar un cambio hacia la república, aprovechando el creciente aislamiento social y político del Gobierno y de la propia institución monárquica. Las principales facciones que se sumaron a este pacto fueron:
- Los constitucionalistas: Políticos monárquicos reticentes con el monarca, dispuestos a transitar hacia un republicanismo aún por definir.
- Los republicanos históricos: Partidarios de la república desde hacía tiempo.
- El Partido Socialista Obrero Español (PSOE): Representando a una parte importante del movimiento obrero.
A estas fuerzas se añadieron también los regionalistas, ampliando la base de apoyo al movimiento republicano.
Estrategias del Pacto: Acción Revolucionaria y Política
Del Pacto de San Sebastián se derivaron dos líneas de acción complementarias, ambas orientadas a la caída de la monarquía:
- Una línea revolucionaria: Esta vertiente culminó en el fracasado pronunciamiento militar de Jaca en diciembre de 1930.
- Una línea política: A través de una intensa campaña de prensa y mítines, esta estrategia buscaba erosionar y arruinar el prestigio de la monarquía, preparando el terreno para el cambio.
El Comité Revolucionario y el Manifiesto
El acuerdo político del Pacto de San Sebastián implicó la creación de un comité revolucionario, una figura clave en la coordinación de las acciones. Este comité estuvo compuesto por destacadas personalidades como:
- Niceto Alcalá-Zamora
- Miguel Maura
- Manuel Domingo
- Indalecio Prieto
- Manuel Azaña
- Álvaro de Albornoz
- Fernando de los Ríos
Es importante señalar que de esta alianza estuvieron ausentes la CNT y otras fuerzas obreras significativas, cuya representación se limitó al PSOE. En diciembre de 1930, se difundió masivamente un manifiesto, firmado por los principales dirigentes del pacto, en el que se hacía un llamamiento explícito a la población para derribar la monarquía.
La Estrategia Gubernamental: Elecciones y Consenso Monárquico
Mientras tanto, los Gobiernos de Berenguer y, posteriormente, de Aznar, tenían como objetivo prioritario organizar un proceso electoral escalonado. La finalidad era recuperar el tiempo perdido durante la dictadura y culminar en unas Cortes constituyentes que, a su vez, otorgaran el tan necesitado consenso al régimen monárquico. Según el procedimiento establecido, el proceso debía comenzar con las elecciones municipales, destinadas a sustituir los ayuntamientos de la dictadura, para luego dar paso a las elecciones a Cortes.
Las Elecciones Municipales del 12 de Abril de 1931: Un Plebiscito Inesperado
Las primeras de estas elecciones se celebraron el 12 de abril de 1931. El clima era de incertidumbre, aunque el Gobierno garantizó la limpieza del proceso. Las facciones monárquicas mostraron una excesiva confianza en sus posibilidades. Sin embargo, contra todo pronóstico, estas elecciones acabaron convirtiéndose en un verdadero plebiscito sobre la monarquía.
Aunque el número de concejales monárquicos elegidos fue superior al de los republicanos a nivel nacional, la suerte de Alfonso XIII estaba echada. El triunfo republicano en las principales ciudades y núcleos urbanos, que representaban el pulso de una España progresivamente modernizada y politizada, fue decisivo. El día 13 de abril, tras conocerse los resultados electorales, miles de personas salieron a las calles de todo el país para manifestarse masivamente a favor de la república, sellando el destino de la monarquía.