Panorama de la Narrativa Española Posterior a 1975: Tendencias y Autores Clave

Clasificado en Lengua y literatura

Escrito el en español con un tamaño de 3,06 KB

NOVELA POSTERIOR A 1975

El ambiente de libertad que surgió tras la muerte de Franco impulsó el conocimiento de la literatura española en Europa. La desaparición de la censura, la recuperación de autores exiliados y un mayor intercambio con narrativas internacionales fueron factores clave. Hacia 1975, la narrativa social y la experimentación formal cedieron paso a una diversidad de enfoques y estilos, sin objetivos comunes entre los novelistas de las últimas décadas del siglo XX.

Se observa un retorno al interés por la anécdota, la recreación de tipos y la reconstrucción de ambientes, como ejemplifica Eduardo Mendoza en La verdad sobre el caso Savolta (1975).

Entre las diversas tendencias de este período destacan:

  • Metanovela: La literatura dentro de la literatura, presente en obras de Luis Goytisolo (La cólera de Aquiles) y Juan José Millás (El desorden de tu nombre).
  • Novela lírica o poemática: Con un lenguaje poético predominante, como en Francisco Umbral (Mortal y rosa) o Julio Llamazares (La lluvia amarilla).
  • Novela histórica: Ejemplificada por El maestro de esgrima de Arturo Pérez-Reverte o Soldados de Salamina de Javier Cercas.
  • Novela de intriga: Que fusiona elementos policíacos con contextos políticos e históricos, como Beltenebros de Antonio Muñoz Molina.
  • Novela de enfoque realista con elementos oníricos o absurdos: Como La fuente de la edad de Luis Mateo Díez.
  • Novela culturalista: Centrada en el análisis de la cultura occidental desde una perspectiva erudita, como La tempestad de Juan Manuel de Prada.
  • Novela sobre la juventud urbana: Con autores como José Ángel Mañas y su Historias del Kronen.

La mujer adquiere un papel cada vez más relevante en la narrativa, con figuras destacadas como Ana María Matute (Olvidado rey Gudú), Rosa Montero, Josefina Aldecoa, Almudena Grandes (Las edades de Lulú), Dulce Chacón y Maruja Torres, entre otras.

Es esencial mencionar la contribución de escritores en otras lenguas peninsulares como Manuel Rivas (El lápiz del carpintero, gallego), Bernardo Atxaga (Obabakoak, euskera) y Quim Monzó (catalán).

El libro como objeto de consumo

El libro se consolida como objeto de consumo, llevando a las editoriales no solo a satisfacer a los lectores existentes, sino también a crear nuevos públicos. Esto se refleja en la abundancia de publicidad, la proliferación de premios literarios, las listas de best-sellers, los suplementos literarios, las ferias del libro, las firmas en grandes almacenes y la incorporación de periodistas, políticos y presentadores de televisión al mundo de la narrativa. Además, se produce un auge significativo del mercado infantil y juvenil a partir de los años 80.

Entradas relacionadas: