El Papel de los Militares en la Política Española del Siglo XIX: Una Perspectiva Histórica
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El Papel de los Militares en la Política Española del Siglo XIX
Este texto es una fuente secundaria de carácter político, ya que es un fragmento del libro de Salvador de Madariaga, El siglo XIX. Está escrito posteriormente a la época descrita y en él se analiza la participación de los militares en la política. Va dirigido a todo el público en general, al ser parte de un libro.
Contexto de la Implantación del Estado Liberal en España
La implantación del Estado Liberal en España estuvo mediatizada por una serie de factores que dificultaron su estabilidad:
- La intervención de la Corona en la vida política, que tendía a favorecer a los moderados.
- El sistema electoral, fuertemente selectivo y viciado en su procedimiento, diseñado para dejar fuera del juego político a la mayoría de la población.
- La presencia de los militares en la vida política.
La Influencia Militar en la Política del Siglo XIX
La Primera Guerra Carlista facilitó la entrada en la vida política de generales como Espartero, Narváez y O'Donnell, y más tarde de Serrano y Prim. Todos ellos llegaron a ocupar la presidencia del Gobierno.
El Mecanismo del Pronunciamiento Militar
El mecanismo de intervención militar en la política es conocido con el nombre de pronunciamiento. Su funcionamiento era el siguiente:
- Ante el descontento con un gobierno, comenzaba una conspiración en la que participaban militares y, a veces, personalidades de la vida civil.
- Llegado el día acordado, un alto cargo leía un manifiesto, en el que denunciaba la situación, a las tropas del cuartel donde él tenía el mando.
- Si no encontraba resistencia, el pronunciamiento triunfaba y el gobierno cambiaba.
- En caso contrario, se producía una represión contra los implicados, que acababa en su fusilamiento o en el exilio.
Durante el reinado de Isabel II se produjeron varios pronunciamientos entre progresistas y moderados, de manera que se iban intercambiando el gobierno.
Estructura del Texto y Crítica de Madariaga
En el texto se diferencian dos partes: la más corta, de la línea 1 a la 5, que habla de algunos militares en concreto y de sus ideologías; y el resto del texto, que generaliza sobre la tipología de estos militares metidos a políticos.
Se trata de una crítica satírica de la intervención de los militares españoles en la política a lo largo del siglo XIX. Para ello, Madariaga da el ejemplo de Narváez.
La Visión de Madariaga sobre la Capacidad Intelectual de los Militares
Desde la fina ironía, Madariaga sugiere que estos militares no llegan a la vida pública por las vías intelectuales de la Universidad, sino por una vía más directa que refuerza su ignorancia y su tendencia a pensar en categorías sencillas, rasgo típico de muchos soldados. Con esto, quiere demostrar que su capacidad intelectual y su habilidad para dar soluciones inteligentes a los problemas del país son nulas.
La Altanería y el Temperamento Militar en Política
También nos habla de su altanería en las líneas 9, 10 y 11, cuando dice: "Su primera actitud suele ser la de un observador que se eleva contra los charlatanes de la política, sintiéndose más capaz que ellos de arreglarlo todo si le dejan solo para aplicar los métodos sencillos, rápidos y prácticos de la milicia".
En las líneas 14 y 15, no distingue entre los más o menos progresistas al afirmar: "Ya liberal, ya reaccionario en sus ideas, el político militar suele ser reaccionario en su temperamento. Lo que quiere no es aportar sus ideas, sino imponer su voluntad".
En las dos últimas líneas, donde narra la anécdota de lo sucedido en la muerte de Narváez, nos muestra lo poco que les importa la opinión o la suerte de los demás.
Conclusión sobre la Crítica a la Actuación Militar
La crítica a la actuación de los militares en la política española muestra la opinión de Madariaga sobre este punto, pero también trata de evidenciar la incapacidad de un militar para sacar al país de una situación comprometida políticamente.
En conclusión, la presencia de los militares en la vida política española no es nueva en la España del siglo XIX, pues los capitanes generales ya disponían de amplios poderes en las zonas en las que tenían el mando. Pero la novedad estriba en la forma en que muchas veces llegan al poder y en la capacidad que van a tener al ser jefes de gobierno de todo el país.