El Patriarcado y los Estereotipos de Género: Impacto en la Sociedad Actual

Patriarcado: es el sistema que se establece en una sociedad en la que se otorga un privilegio injusto a uno de los sexos, en este caso al hombre. Por ello, la palabra andro-céntrica equivale a hacer del varón el centro de importancia e interés, manteniendo a la mujer a un lado en posición inferior. Un sistema patriarcal utiliza como argumento habitual e histórico para justificar la inferioridad de la mujer el origen natural y el orden natural de las cosas, que es inmutable. Con esto se tiene justificado que las mujeres son inferiores con tres discursos, como establece Rosa Cobo:

• Discurso de la inferioridad: se apoya en el argumento de la naturaleza y el orden natural que establece que el sexo femenino es inferior al masculino.
• Discurso de la excelencia: define la idea de que las mujeres solo valen y son excelentes en el ámbito doméstico, limitando su autonomía y sus habilidades y destrezas.
• El Memorial de Agravios: cuyo elemento central es la queja por parte de las mujeres. Afirma que la queja no es la solución, sino que habría que pasar a la vindicación, mediante la cual la mujer se deslegitima del sistema patriarcal.

Estereotipos de género: son preconcepciones de características o conductas consideradas típicas de varones y de mujeres. Son juicios fundados en ideas preconcebidas y presentan una cierta resistencia al cambio. Se transmiten a través de la cultura, de la política, de la religión... Otro de los medios socializadores que apoya el sexismo es la publicidad, y lo hace con gran poder, ya que la consumimos a todas horas de forma inconsciente. En ella se representa a la mujer con una clara subordinación ante el poder del varón, asociada a la maternidad, al ámbito doméstico y familiar... El sexo que siempre se presenta como inferior es el femenino, ya que se les atribuyen características inferiores y negativas en comparación con las de los hombres. Los estereotipos femeninos suelen estar unidos al ámbito privado y del hogar, mientras que los estereotipos masculinos suelen estar más ligados al ámbito profesional, al público, al poder... Según Luis Bonino, las características de un hombre tradicional son la autosuficiencia, la belicosidad heroica, la superioridad y la jerarquía. En el sistema educativo, a través del currículo oculto, se reproducen estas desigualdades, así como en los libros escolares, donde la mujer es expuesta como inferior en el estado civil, en la condición familiar y en el ámbito profesional. Uno de los ámbitos en los que más afecta dicha sectorización sexual es, además de escolar, en el laboral. Las mujeres están predestinadas, por el simple hecho de haber nacido mujeres, a desempeñar ciertos trabajos caracterizados como femeninos. La erradicación de los estereotipos es muy importante, debido a que contribuye a la deslegitimación del poder patriarcal que rige nuestra sociedad.