Patrimonio Prerrománico Asturiano: Santullano y San Miguel de Lillo

Clasificado en Arte y Humanidades

Escrito el en español con un tamaño de 5,11 KB

Santullano o San Julián de los Prados

El templo de Santullano es el monumento más característico y completo que conservamos del reinado de Alfonso II. El arquitecto del rey empleó sillarejo en los muros y sillares para las esquinas, levantando un templo de planta basilical, con pórtico a los pies, tres naves abiertas con techo de madera y arcos sobre pilares.

Encima de la capilla central hay una cámara oculta, abierta únicamente al exterior a través de una ventana de tres huecos. José María Flórez fue quien comenzó los estudios y marcó el inicio de la restauración de San Julián de los Prados.

La Restauración de Santullano: La Visión de Fortunato de Selgas

Fue Fortunato de Selgas quien realizó la restauración de Santullano asumiendo todos los gastos. Junto con Canella y la Comisión, pudieron intervenir más libremente porque no había sido declarado Monumento Nacional. Según Selgas, Santullano estaba "maquillado"; decía que el proceso de restauración debía ser sencillo, ya que consistía en derribar y no en construir, devolviéndolo a su estado original.

Se basó en la tesis de Lampérez y Romea buscando la unidad formal de la iglesia y la recuperación de su imagen auto-medieval. Selgas no se planteó conservar ninguno de los añadidos, ya que decía que no llevaban el sello del arte.

Hallazgos y Metodología de Restauración

Durante la restauración, Selgas encontró los muros primitivos y la impresión de las tejas. Reconstruyó parte de la iglesia con materiales originales. Selgas devolvió toda la iglesia a su estado original, así como las dimensiones de las ventanas a las originales, sustituyó las vidrieras que antes eran celosías por otras celosías siguiendo los modelos del Naranco, Lena y Valdediós. También colocó una nave cubierta, ya que la que se encontró estaba en muy malas condiciones. Dejó los muros exteriores de mampostería de sillarejo vistos, ya que decía que los originales no estaban enlucidos. En el interior se eliminaron las bóvedas y aparecieron sobre los muros frescos prerrománicos. Aquí Selgas se decantó por una visión formalista al dejar la marca de las bóvedas sobre los frescos, identificando de esa manera el valor histórico del edificio y las huellas del tiempo transcurrido sobre él, como defendía Torres Balbás. En la restauración se pueden observar perfectamente los elementos restaurados de los originales, por lo que Selgas se basó en la restauración arqueológica que defendía la escuela conservadora.

San Miguel de Lillo

Originalmente tuvo planta basilical de tres naves, pero solo se conserva un tercio, ya que a finales del siglo XI, debido a una crecida del río, la parte posterior de la iglesia se vino abajo. Posteriormente, en el siglo XII, con los restos existentes se hizo un añadido en la parte trasera. Cabe destacar que poseía representaciones pictóricas con la figura humana como tema principal, las primeras del prerrománico.

Proceso de Restauración y Conservación

Con el paso del tiempo, y con la iglesia en un estado de abandono, con piezas desprendidas en el interior, cubierta de maleza y con diferentes añadidos, se procedió a estudiar su restauración. Se hizo un plan de estudio del estado de sus parámetros y estructura, eliminación de añadidos, recuperación de elementos prerrománicos, sustitución del campanario y nivelación. Se barajó en reiteradas ocasiones la idea de reconstruir la iglesia en su totalidad, pero nunca se llegó a realizar tal tarea. Aurelio del Llano fue uno de los principales valedores de esta propuesta. Este ya había dibujado la planta, gracias a una excavación arqueológica, diferenciando lo existente de lo derruido. Finalmente, las obras que sí se llevaron a cabo, en diferentes momentos, fueron las de:

  • Eliminar los añadidos (todos ellos).
  • Rebajar el terreno y nivelarlo en torno a la iglesia.
  • Remozar los muros, desmontando algunas zonas.
  • Recoger y reponer impostas y otros fragmentos.
  • Rehacer los contrafuertes.

También, más adelante, se empedró el templo, se pavimentó su entorno y se intervinieron las fachadas.

En 1885, fue declarado Monumento Nacional junto con Santa María del Naranco. En el pavimento exterior se encuentra representado cómo sería la nave originalmente. Más recientemente, con una teja original encontrada, se rehízo toda la cubierta, utilizando esta como molde.

Entradas relacionadas: