Pax Romana y Legado del Judaísmo: Influencia en Occidente

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La Pax Romana: Seguridad y Organización en los Siglos I y II

La Pax Romana, que se extendió durante los siglos I y II d.C., se caracterizó por ser un período de notable seguridad y estabilidad. El Imperio Romano se encontraba organizado en provincias, las cuales estaban sujetas al pago de elevados impuestos. Estas provincias, además, actuaban como proveedores de alimentos para el vasto imperio. Muchas ciudades, o más bien comunidades, florecieron a lo largo de las vías que conectaban las diferentes regiones.

Desintegración del Imperio Romano: Crisis y División

La desintegración del Imperio Romano se gestó durante la crisis del Bajo Imperio. Entre los factores que contribuyeron a este declive, podemos destacar:

  • Inseguridad en las fronteras.
  • Aumento del poder del ejército en detrimento de la figura del emperador.
  • Crisis económica, exacerbada por el aumento de los impuestos, la disminución del comercio y la ruralización.
  • Aumento de los precios de los productos agrícolas.
  • Empobrecimiento de la población.
  • Revueltas sociales.

Como consecuencia de esta crisis, en los siglos III y IV d.C., el emperador Teodosio consideró necesario dividir el Imperio en dos. En el año 395 d.C., se formalizó la división en el Imperio Romano de Occidente y el Imperio Romano de Oriente. El Imperio Romano de Oriente, también conocido como Imperio Bizantino, estableció su capital en la antigua colonia griega de Bizancio, que posteriormente fue renombrada como Constantinopla. La capital del Imperio Romano de Occidente fue Roma. Cabe destacar que las ciudades romanas eran modelos de urbanismo para la época.

El Legado del Judaísmo en Occidente

El judaísmo ejerció una profunda influencia en Occidente, principalmente a través del monoteísmo. Fue la primera religión en profesar la creencia en un solo Dios. La moral judía, basada en los conceptos del bien y el mal, también dejó una huella indeleble en la cultura occidental. Los mandamientos establecían un sistema de premios y castigos: el bien se identificaba con el cumplimiento de la voluntad de Dios, mientras que el mal se asociaba con la desobediencia a sus preceptos.

Concepción del Tiempo: Cíclico y Lineal

Los judíos concebían el tiempo de dos maneras: cíclica y lineal. El tiempo cíclico se caracteriza por la repetición constante de ciclos, como se observa en la agricultura. El tiempo lineal, por otro lado, se asocia con la progresión generacional y la evolución de la sociedad. En la actualidad, podemos encontrar ejemplos de ambas concepciones del tiempo. Por ejemplo, el ciclo del carbono, en el ámbito de la biología, ilustra la noción de tiempo cíclico.

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