Pedagogía Montessori: Autogobierno Infantil y Perspectivas Críticas

Gubernamentalidad: Concepto y Aplicación en la Pedagogía

La gubernamentalidad hace referencia a una economía específica de poder sobre la población. Se basa en el conocimiento producido para gobernar cómo los individuos se comportan en ciertos contextos, actuando desde el interior del propio sujeto.

La Gubernamentalidad en el Método Montessori

La aplicación de la gubernamentalidad en la pedagogía de Montessori impulsaba la libertad, buscando maximizar la creatividad y las capacidades de autogobierno de los individuos. Esto ocurría en un contexto donde los adultos asumían la responsabilidad de cooperar en la construcción de una sociedad más justa, fundamentada en los valores y el conocimiento del mundo infantil.

Montessori llevó a cabo diversas "acciones de gobierno" con el fin de mejorar la sociedad. Ejemplos notables incluyen la llamada pedagogía libertaria y el higienismo, enfoques que buscaban inculcar valores desde las primeras etapas de la vida.

Su propuesta educativa se considera propositiva, ya que plantea soluciones orientadas a generar procesos de cambio y mejora. La mentalidad educativa de Montessori tenía como objetivo renovar el mundo adulto basándose en los principios fundamentales de la educación infantil. En esta cultura montessoriana, conceptos como el no-dirigismo, la atención a la realización personal y a las necesidades del prójimo, y la búsqueda de la paz y la justicia social son elementos indisolubles.

Es relevante señalar que Montessori no se adscribió fácilmente a un único partido político. A lo largo de su vida, colaboró con quienes creyó que podían favorecer sus planes, aunque posteriormente tuvo que romper relaciones y defenderse de ellos. La libertad, en este contexto, siempre estuvo entendida dentro de ciertos límites.

Críticas al Método Montessori

El método Montessori, a pesar de su impacto, también recibió diversas críticas desde diferentes frentes:

Crítica desde la Filosofía de la Educación

La crítica más significativa provino de la corriente principal de la filosofía de la educación, representada por William Heard Kilpatrick. Kilpatrick ofreció una visión de conjunto limitada de la pedagogía montessoriana, criticando sus métodos por considerarlos excesivamente mecánicos, formales y limitados.

Críticas desde las Teorías de Fröbel y Dewey

Desde las perspectivas de las teorías fröbelianas y de John Dewey, los métodos montessorianos fueron vistos como excesivamente libertarios e individualistas. Se cuestionaba la visión optimista y autorregulatoria del niño que proponía Montessori, según la cual el desarrollo infantil no requeriría castigos ni constricciones, sino únicamente una presencia no directiva para fomentar un proceso auto-educativo y un desarrollo disciplinado.

Críticas de Filósofos Italianos

Filósofos italianos de la educación consideraron el método como el resultado de una recopilación superficial de fuentes dispares, marginales y anticuadas. Vieron el trabajo realizado en la Casa de los Niños como banal y carente de rigor científico.

Críticas desde la Perspectiva Católica

Los católicos criticaron la pedagogía montessoriana por su carácter supuestamente positivista, argumentando que otorgaba excesiva libertad de expresión a los niños sin proporcionarles una dirección moral adecuada.

Contraste con la Evaluación Psicológica Tradicional

En esencia, lo que Montessori observó a través de su metodología y su "método científico" fue que al estimular a los niños, ofrecerles una guía (en lugar de imponerles) y permitirles autogobernarse, eran capaces de construir sus propios aprendizajes de manera efectiva. Esta conclusión contrastaba fuertemente con las ideas predominantes en la psicología de la época, que basaban la evaluación del aprendizaje infantil casi exclusivamente en pruebas psicotécnicas y psicológicas estandarizadas.