El Pensamiento Filosófico de Aristóteles: Antropología y Política
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El Pensamiento Filosófico de Aristóteles
Antropología Aristotélica
Mientras que para Platón el hombre es un compuesto de dos sustancias distintas (cuerpo y alma) unidas accidentalmente y de forma antinatural, en Aristóteles no hay una visión religiosa y espiritualista, sino biológica. Para Aristóteles, el hombre es una única sustancia, un organismo vivo completo, compuesto de una materia que es el cuerpo y por una forma que es el alma.
La psicología aristotélica se organiza del siguiente modo:
Cuerpo y alma no son separables como pensaba Platón, ya que, al ser sustancias distintas, el alma sobrevivirá al cuerpo (inmortalidad, transmigración). Para Aristóteles, para construir una realidad indivisible y una sola estructura biológica, el alma no sobrevive al cuerpo. El alma no es nada distinto de sus funciones biológicas, aunque sigue siendo un principio metafísico o inobservable por influencia platónica.
- El psiquismo inferior incluye la función vegetativa o alma vegetativa que dirigía las actividades humanas de la vida: el crecimiento, la nutrición y la reproducción. También incluye la función sensitiva o alma sensitiva que dirigía los instintos, las sensaciones y percepciones, y la función motriz.
- El psiquismo superior incluye la función intelectual o pensante que depende, bien dirigida, por el alma intelectiva. El alma vegetativa solo la tienen los seres vivos inferiores (plantas), los animales poseen la segunda y la primera, y solo el hombre posee las tres.
- La concepción del alma aristotélica tiene un significado biológico a pesar de sus residuos platónicos. Por otra parte, negó la inmortalidad del alma, ya que el ser humano es un organismo vivo y completo; cuando desaparece el cuerpo, lo hace también el alma.
Pensamiento Político de Aristóteles
Aristóteles desarrolla las ciencias prácticas en sus escritos de ética y política, en los que analiza las acciones humanas y sus fines. Como hemos visto, tales fines se alcanzan mediante la práctica de las virtudes y proporcionan una vida digna, adecuada a las capacidades del hombre.
Aristóteles define al hombre como animal político (zoon politikon), es decir, destinado a construir el bien común en convivencia con los demás en la polis o ciudad-Estado, donde se hace ciudadano. Desde esta base, tiene que preguntarse por las condiciones políticas que hagan posible alcanzar la felicidad individual y el bien común.
Como el ser humano es un animal político, corresponde al Estado proporcionar las condiciones para una vida buena o feliz. Políticamente, esto se traduce en la creación de un Estado justo, donde los intereses particulares no primen sobre el interés general.
La vinculación entre Estado e individuo es tan profunda que Aristóteles mantiene la coincidencia entre el bien (felicidad) del individuo y el bien de la ciudad (bien común), aunque considera que es mucho más importante la ciudad que el individuo.
Sostiene que en el Estado se pueden dar tres regímenes políticos principales: la monarquía, la aristocracia y la república. Los tres son válidos, siempre que no degeneren respectivamente en tiranía, oligarquía y demagogia.
Cada uno de ellos tiene algo bueno que habría que reunir para conformar un Estado ideal (de clara influencia platónica), que incluiría la libertad, la creación de riqueza y la excelencia (existencia de individuos valiosos o de mérito). En este Estado tendría una gran importancia la educación, que estaría a su cargo, con vistas a formar ciudadanos meritorios cuya excelencia estaría basada en la inteligencia o capacidad de pensar (otra influencia platónica).
Aristóteles parece inclinarse por la forma de Estado que denomina politeia, democracia, próxima a la república, en la que la mayoría social gobierna por el bien de todos. En la politeia predominan las clases medias, tiene una Constitución y es capaz de reunir los tres valores citados (libertad, riqueza y excelencia).
A diferencia de Platón, quien se centró exclusivamente en lo que sería, a su entender, la polis perfecta, la concepción aristotélica de la política parte del análisis de los regímenes políticos realmente existentes en Grecia. Lo demuestra la especial atención que Aristóteles dedicó a las diversas Constituciones conocidas en su tiempo, que representan los marcos jurídicos dentro de los cuales se definen las relaciones políticas entre los ciudadanos y también entre los Estados.