El Pensamiento de Nietzsche: Una Crítica a los Valores Establecidos

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Crítica a la Moral en el Pensamiento de Nietzsche

Para Nietzsche, el punto de partida de su crítica a la moral tradicional radica en la consideración de la vida como valor esencial. En consecuencia, todo aquello que afirme la vida será considerado bueno, mientras que lo que la niegue será considerado malo.

La Moral Tradicional: Una Negación de la Vida

La moral tradicional, que según Nietzsche se inicia con Sócrates, ha establecido una ecuación entre razón, felicidad y virtud. Esta moral se opone a los instintos vitales, a la fortaleza y a la alegría de vivir; es, por tanto, contranatural. Es la moral de aquellos que temen a la vida y buscan refugio en un "más allá" exento de dolor y sufrimiento. Se trata de una moral pasiva, no creadora, que se limita a aceptar sumisamente los valores impuestos. Es la moral de los esclavos, de los débiles, y se caracteriza por:

  • El resentimiento: un rencor envidioso contra la vida.
  • La mala conciencia: un sentimiento de vergüenza hacia los propios instintos.
  • La conciencia ascética: la renuncia y la consideración del dolor y el sufrimiento como medios para purificar el alma y alcanzar la salvación.
  • La postulación de la existencia de otro mundo sin dolor ni sufrimiento.
  • La existencia de Dios como creador de los valores de la moral contranatural.

La Moral de Señores: Una Afirmación de la Vida

Frente a esta moral tradicional, Nietzsche propone la moral de señores. Esta es la moral de los fuertes, que reconocen que la vida implica dolor y sufrimiento, pero no la temen. Es una moral natural.

La Genealogía de la Moral: Origen de los Valores

En La genealogía de la moral, Nietzsche realiza un análisis crítico sobre el origen de los valores morales. Mediante el método genealógico, rastrea los orígenes de los significados de los términos "bueno" y "malo".

  • "Bueno" originalmente era sinónimo de noble, aristocrático, poderoso, socialmente distinguido.
  • "Malo", por el contrario, era sinónimo de despreciable, vulgar, débil, cobarde.

La Rebelión de los Esclavos y la Inversión de los Valores

Más tarde, surge la contraposición "bueno" y "malvado", de carácter moral. Los "malos" se rebelan y se autodenominan "buenos", calificando a los nobles como "malvados". Los débiles se han hecho más fuertes y han invertido los valores morales: la moral de los esclavos se ha impuesto sobre la moral de los señores. A esta inversión moral, Nietzsche la denomina la "rebelión de los esclavos", y ve en el pueblo judío (sometido bajo el dominio egipcio) el origen de esta rebelión.

En la moral aristocrática, "bueno" es sinónimo de noble, poderoso, bello, feliz y amado de Dios. En el judaísmo, el amado de Dios, el bueno, es el pobre, el enfermo, el desgraciado y el deforme.

El Cristianismo y el Sentimiento de Culpa

El cristianismo ha logrado que la identificación de "bueno" con estos últimos valores se haya convertido en una idea fija de la moral europea. Con la idea de "un Dios en la cruz", el cristianismo introduce en el hombre el sentimiento de culpa, pues Cristo muere para la salvación de los hombres.

El resentimiento es, según Nietzsche, el responsable de la aparición de una civilización enemiga de la vida y de un ser "mediocre".

Crítica a la Religión: El Cristianismo como Platonismo para el Pueblo

Nietzsche considera al cristianismo como una prolongación del platonismo. Predica la supremacía de los pobres, los débiles y los fracasados. Promete una felicidad eterna en otra vida y, con el concepto de pecado, se opone a todo valor que afirme la vida. Los valores cristianos proceden de la debilidad, ya que Dios condena como pecado los instintos y los impulsos naturales de la vida.

Crítica a la Filosofía: La Gran Mentira

Nietzsche considera la historia de la filosofía como una "gran mentira".

Desde el Punto de Vista Ontológico

Critica la distinción realizada por Platón entre mundo sensible y mundo inteligible, y por Kant entre fenómeno y noúmeno. Para Nietzsche, sólo existe el mundo sensible, que no es inmutable, sino que está en continuo devenir, en constante cambio y transformación.

Desde el Punto de Vista Epistemológico

Reivindica los sentidos y la intuición, y niega la existencia de una verdad objetiva y universal.

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