El Pensamiento de Platón: Sofistas, Sócrates y la Teoría de las Ideas
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Los Sofistas y Sócrates: Contexto
Entre las influencias fundamentales en el pensamiento de Platón destacan la de los sofistas y Sócrates. Los sofistas, los grandes enemigos de Platón, eran pensadores extranjeros con gran habilidad en la oratoria. Se dedicaban a enseñarla en un momento político muy apropiado, ya que dadas las circunstancias de la democracia ateniense, el triunfo personal dependía de la elocuencia y la argumentación para convencer a la asamblea. Así nace la retórica, que hace de la palabra un instrumento al servicio de las pasiones del individuo. Los sofistas ocuparon este lugar enseñando la erística (arte de la disputa) y la retórica a los jóvenes.
Otro punto de discordia con Platón eran las costumbres y las normas morales y políticas, que para los sofistas eran relativas, ya que eran convenciones hechas por las personas. Los sofistas basan este convencionalismo en la distinción entre la naturaleza y la ley: el poder de la ley no procede de la naturaleza y, en consecuencia, la justicia solo puede consistir en el pacto entre las opiniones que dominan en un momento dado.
Sócrates es la influencia más poderosa en Platón y lo convierte en protagonista de todas sus obras. Los escritos de Platón presentan a su maestro como alguien a quien le preocupa la verdad moral, la que debe mostrarse en la conducta de las personas y que hace posible la convivencia y el orden en la ciudad. Según la visión platónica, Sócrates proponía un diálogo, una búsqueda en común que llevara a la verdad y no simplemente a la ridiculización del adversario.
Este diálogo se desarrollaba en dos fases:
- Primero, la ironía: Sócrates no se presentaba a sí mismo como un sabio, sino como un ignorante que pide ser instruido por sus conciudadanos. Solo cuando se acepta la propia ignorancia puede iniciarse propiamente la búsqueda de la verdad.
- La segunda fase es la mayéutica, en homenaje al oficio de su madre (comadrona). Esta sigue el camino inductivo que lleva del ejemplo a la definición general, porque solo en la definición podemos alcanzar realmente la esencia.
Para Sócrates, la búsqueda de la verdad lleva a la acción. La auténtica comprensión del bien lleva a practicarlo, ya que quien obra mal lo hace por ignorancia, decía Sócrates. A esto se le denomina intelectualismo moral.
Platón, como Sócrates, está convencido de la necesidad de defender unos valores estables y universales que no estén a la voluntad caprichosa de la mayoría. La democracia ha conducido a la pérdida de la hegemonía ateniense a favor de Esparta. Pero, a diferencia de Sócrates, para Platón la verdad no depende simplemente del individuo, sino que se encuentra más allá de nuestro mundo cambiante.
Dualismo Platónico: Teoría de las Ideas
Contexto
Posición dualista (ontología): solo una realidad inmóvil permite el verdadero conocimiento. Platón diferencia dos mundos:
- El mundo sensible: imperfecto, material y cambiante. Se asocia con los sentidos.
- El mundo inteligible o mundo de las Ideas: perfecto, inmaterial e inmutable. Se relaciona con el pensamiento.
El mundo sensible es una aproximación imperfecta y una imitación degradada de las Ideas del mundo inteligible. El mundo inteligible justifica y hace posible el conocimiento del mundo sensible. Para Platón, el mundo material es una realidad de segundo orden.
Epistemología
La auténtica realidad es inmaterial: nadie puede hablar de verdades y definiciones puras del mundo sensible si no es capaz de elevarse por encima del propio mundo. El conocimiento verdadero es igual a la episteme (intelección y ciencia).
La epistemología es paralela a la ontología, que diferencia el mundo sensible y el inteligible. La teoría del conocimiento va ligada a la teoría de la realidad, ya que esto quiere decir que el grado de validez del conocimiento dependerá de la realidad estudiada.
- Mundo sensible: objetos materiales conocidos por Platón como imitaciones, es decir, creencias e imaginaciones.
- Mundo inteligible: realidades matemáticas debidas al pensamiento discursivo y también Ideas puras por el conocimiento dialéctico.
No todas las Ideas tienen la misma categoría. La Idea de Bien es la Idea suprema que otorga realidad y sentido al mundo inteligible, es decir, la materia. Las Ideas éticas son las morales (justicia, belleza) o estéticas, que dan sentido a la vida y nos orientan en nuestras acciones. Los conceptos matemáticos, como las figuras geométricas, tienen la función de familiarizar con entidades abstractas y preparar para la contemplación de la Idea de Bien, es decir, un orden racional en la cual cada cosa ocupe su lugar.
Las cosas existen en virtud de sus participaciones en la definición correspondiente, es decir, las cosas malas participan en el ideal de maldad. Estas Ideas no se pueden concebir fuera de la jerarquía orientada al Bien supremo.