La Persona en la Filosofía Cristiana: Esencia, Atributos y su Significado
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La Persona en la Filosofía Cristiana
El concepto de persona deriva del cristianismo como respuesta a los problemas y debates generados acerca de la naturaleza humana y divina de Cristo. La persona es una sustancia individual de naturaleza racional. El ser humano es racional y, por ello, semejante a Dios; fue creado libre y dueño de sus actos.
Atributos Fundamentales de la Persona
La persona posee diversos atributos esenciales que definen su ser:
La Razón Universal
Rige el orden del mundo. Como se afirma: “Una sola cosa es la sabiduría, conocer la razón, que gobierna todas las cosas”. Sus esencias supremas son las ideas de El Bien, la Verdad y la Belleza.
La Razón Individual
Es parcial y limitada en cada ser humano. Permite captar ese orden superior, aunque el ascenso del mundo sensible al inteligible nunca se produce de manera completa.
La Libertad
Es el poder radicada en la razón y en la voluntad, de obrar o de no obrar, de hacer esto o aquello, de ejecutar por sí mismo acciones deliberadas. La libertad es una fuerza en el ser humano de crecimiento y maduración en la verdad y en la bondad.
- La libertad natural: Es la capacidad de elección. El mundo antiguo no creía en su existencia, y como consecuencia, no cabía la responsabilidad por los propios actos.
- La autonomía moral: Interpretación que sostiene que el ser humano es absolutamente libre, sin restricciones para determinar por sí mismo lo que es bueno y malo.
El Alma
El término alma designa en la Sagrada Escritura la vida humana o toda la persona humana. Pero designa también lo más íntimo y de mayor valor en el ser humano, aquello por lo que particularmente es imagen de Dios: “alma” significa el principio espiritual del ser humano.
Se mencionan dos tipos de alma:
- Alma vegetativa: Parte que regula nuestras funciones biológicas.
- Alma espiritual: Se entiende que nace con nosotros y es inmortal. Es decir, según esta concepción, si has sido bueno, reencarnas en algo bueno, y si has sido malo, en algo malo.
El Cuerpo
El cuerpo del ser humano participa de la dignidad de la imagen de Dios: es cuerpo humano precisamente porque está animado por el alma espiritual, y es toda la persona humana la que está destinada a ser, en el cuerpo de Cristo, el templo del Espíritu.
La unidad del alma y del cuerpo es tan profunda que se debe considerar al alma como la “forma” del cuerpo; es decir, gracias al alma espiritual, el ser humano es un cuerpo humano y viviente.