Personajes de la ética

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1 La teoría de la justiciaLa filosofía política de Rawls puede enmarcarse dentro del liberalismo político, siguiendo una tradición que comienza con los pensadores de la época moderna: Locke, Hobbes, Rousseau, Kant,…, que pueden ser considerados sus antecesores en el liberalismo, al igual que Adam Smith o David Ricardo habían fundamentado el liberalismo económico. Esta tradición de carácter individualista tuvo como resultado práctico el nacimiento de los movimientos revolucionarios burgueses de los siglos XVII y XVIII (las revoluciones liberales inglesa y francesa). El fundamento central de los planteamientos que sustentan el liberalismo es el individuo. Después de haber sido combatido por corrientes de carácter marxista, la defensa del liberalismo volvíó con gran empuje a partir del Siglo XX, especialmente tras la Segunda Guerra Mundial y el fracaso de los regíMenes de carácter comunista. En la última parte del Siglo XX surgen diversas corrientes del liberalismo, especialmente el liberalismo libertario (representado por Nozick) y el liberalismo igualitario (representado por J. Rawls). Frente a los planteamientos de Rousseau, la idea que triunfa en el liberalismo político de Rawls proviene de la idea de Locke de que los hombres no entregan definitivamente su poder individual al Estado, sino que éste está al servicio y bajo la supervisión de los individuos, en los que reside el poder y que poseen unos derechos naturales, iguales para todos los hombres. Entre estos derechos fundamentales, además de la libertad, está  el de la propiedad. El Estado no puede cambiar estos derechos, sino que está obligado a protegerlos, porque el Estado surge precisamente con esta finalidad: la defensa de los derechos naturales de los individuos. Pero, el Estado ha de intervenir lo menos posible en la esfera de la vida de los individuos y, tras la legislatura, son los ciudadanos los que eligen a unos nuevos representantes. Por tanto, el papel del Estado se minimiza en el liberalismo, frente al marxismo que utiliza al Estado de forma dictatorial como paso para llegar al comunismo; o el democratismo igualitario de Rousseau en el  que los individuos entregan su libertad al Estado. Su obra La justicia como equidad. Una reformulación (2001) procede de las clases que Rawls impartía en la Universidad de Harvard y sintetiza los componentes esenciales del pensamiento del autor. Existe, en esta obra,  una influencia de la moral formal y autónoma kantiana.  El imperativo categórico como expresión de la ética del deber kantiana posee una exigencia de universalidad, que pretende purificar a la moral de todo elemento material que determine la voluntad y ésta pierda su libertad de fundamentarse en la razón. Para Rawls, la fundamentación de su teoría de la justicia ha de ser kantiana en el sentido de basarla en un proceso racional, además de convertirla en la descripción de una acción de libertad. Pero, a diferencia de Kant, los principios universalmente racionales y libres, que han de guiar la teoría de la justicia, no son solamente de carácter individual, sino que han de servir para mediar en los conflictos entre los individuos, por lo que su universalidad no es sólo una exigencia moral, sino el fundamento de una realización interpersonal, en la que la noción de deber al estilo kantiano servirá para la construcción interpersonal, sin dotar de contenido al proyecto, sino de forma.

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