Perspectivas Sociológicas de la Desviación: Estadística, Patológica, Funcionalista e Interaccionista
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Perspectivas Sociológicas de la Desviación
Nos planteamos la posibilidad de sustituir el concepto de “delito” por el de “desviación”. Así pues, encontramos varias perspectivas:
Desviación Estadística
Es la visión más simple del concepto de desviación, que tiende a considerar desviado todo aquello que se aleja excesivamente del promedio estadístico, que difiere de lo común o habitual. No define cómo deberían comportarse las personas, solo describe el modo en que suelen hacerlo.
Desviación Patológica
La desviación es interpretada como algo excesivamente patológico. No existe un criterio que permita delimitar qué constituye una conducta “sana”.
Visión Funcionalista
Esta perspectiva concibe la sociedad como un organismo y analiza tanto los procesos que favorecen la estabilidad social, denominados funcionales, como aquellos otros que pueden llegar a romperla, llamados disfuncionales. La delincuencia será concebida como un proceso desestabilizante que perturba la armonía de la comunidad. Sin embargo, en determinados sectores del comportamiento delictivo es complejo delimitar qué es funcional o disfuncional. Pueden existir concepciones muy distintas respecto de lo que resulta beneficioso para una sociedad. En el marco de este conflicto de valores, lo que para unos será destructivo, para otros será una expresión de la libertad personal.
Interaccionismo Simbólico
Esta perspectiva relativiza más la cuestión, al señalar que los grupos sociales no definen de un modo claro y determinado las normas, sino que castigan las infracciones de manera esporádica, en determinadas circunstancias. Para que esto ocurra debe existir alguien que insista en la aplicación de una norma, reforzándola con esta exigencia y definiendo así el comportamiento delictivo. La desviación no se concibe como atributo propio del individuo, sino como un proceso dinámico integrado por dos partes diferenciadas: aquellos que aplican las normas y quienes las infringen. Cuando una persona denuncia públicamente determinado comportamiento, la comunidad comienza a valorarlo como anormal y el infractor a ser percibido como alguien “distinto”, “desviado”.