Perspectivismo de Ortega: La Verdad como Síntesis de Horizontes
Clasificado en Filosofía y ética
Escrito el en español con un tamaño de 3,8 KB
El Perspectivismo de Ortega: La Verdad como Síntesis de Horizontes
En el ámbito del conocimiento, José Ortega y Gasset plantea la necesidad de superar dos visiones tradicionales que, a su juicio, resultan insuficientes para comprender la complejidad de la verdad:
Crítica a las Visiones Tradicionales del Conocimiento
- El Racionalismo: Esta corriente filosófica postula la existencia de verdades absolutas, eternas, universales e inmutables. Sin embargo, en opinión de Ortega, esta postura exige que el sujeto “deserte” de su puesto, es decir, que renuncie a su papel activo en la construcción de la verdad, actuando como si fuera un mero espejo pasivo de la realidad.
- El Relativismo: Por otro lado, el relativismo sostiene que toda verdad es inherentemente relativa al contexto, negando así la existencia de verdades absolutas, eternas, universales o inmutables. Desde esta perspectiva, no hay verdad posible en un sentido universal.
El Perspectivismo de Ortega: Una Tercera Vía
A juicio de Ortega, tan erróneo es creer en un conocimiento neutral y desinteresado como asumir que la influencia del sujeto anula por completo la posibilidad de alcanzar verdad alguna. El perspectivismo, en contraste, defiende la viabilidad de la verdad, pero siempre y cuando se asuma que esta solo emerge como resultado de la confluencia de distintos puntos de vista. Cada individuo posee una parte de la verdad; cada perspectiva es un ingrediente indispensable para su construcción.
No existe un punto de vista neutral ni verdades objetivas en un sentido absoluto. Al igual que un paisaje, que siempre se observa desde una perspectiva concreta, el conocimiento consiste en interpretar la realidad desde nuestra propia circunstancia. Suponer que la visión del otro es errónea sería, por tanto, absurdo. Lejos de ser errónea, cada perspectiva constituye una parte insustituible de la verdad.
Ortega enfatiza que no podemos mirar desde “el punto de vista de Dios” (es decir, desde la nada, de ahí su afirmación de que “nosotros somos los ojos de Dios”). No existe un púlpito neutral desde el que juzgar el mundo. Creer que podemos conocer los fenómenos sin influir en ese conocimiento es una actitud tan ingenua como la del pintor del Quattrocento, quien con un candor infantil, creía que lo que pintaba era la realidad misma. Esta ingenuidad, aunque cómoda y generadora de una falsa sensación de seguridad, es una postura “utópica” en el sentido etimológico del término: el sujeto cree estar situado en ningún lugar (u-topos), cree ser transparente, cree poder desprenderse de su circunstancia y se cree ubicuo.
Sujeto, Circunstancia y Verdad
Frente al racionalismo, el perspectivismo de Ortega sostiene que el sujeto y su circunstancia son inseparables de la verdad. No hay posibilidad de acceder a verdades objetivas y ahistóricas. El racionalista confunde su horizonte (lo que él capta, lo que ve desde su punto de vista) con el mundo en su totalidad. Sin embargo, es al contrario: el mundo solo existe como la unión de nuestros horizontes, del mismo modo que un paisaje se configura a partir de lo que se ve desde distintas perspectivas.
No obstante, esta concepción no implica caer en el relativismo. Ortega se niega rotundamente a admitir que la influencia del sujeto haga imposible la verdad. Para él, el sujeto actúa como una retícula o un filtro que selecciona y organiza la información, pero que, fundamentalmente, no deforma la realidad. La verdad se construye a través de la integración de estas perspectivas filtradas.