Perspectivismo, Raciovitalismo y Razón Histórica en Ortega
Clasificado en Filosofía y ética
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La Doctrina del Punto de Vista
Con respecto al problema del conocimiento, Ortega propone tres soluciones: el perspectivismo, el raciovitalismo y la razón histórica.
Perspectivismo
Con el perspectivismo, Ortega busca superar tanto el realismo antiguo y medieval como el idealismo moderno. Ambos conciben la verdad como única e independiente de la opinión de cada sujeto. Sin embargo, para Ortega, la verdad depende de la perspectiva con la que se contemple. Según esta teoría, inspirada en gran parte en la filosofía de Nietzsche, no existe un punto de vista único y absoluto, sino tantas perspectivas como individuos, ya que cada uno contempla la realidad desde su circunstancia vital y personal.
Nadie es capaz de contemplar la totalidad del mundo de manera absoluta, sino solo el fragmento que cada sujeto percibe. Así, la verdad no puede encontrarse únicamente en una perspectiva y, con ello, el problema del conocimiento cambia. Para Ortega, no es posible un conocimiento objetivo de la realidad, puesto que cada cual la interpreta en función de su propia vida y circunstancia. Sin embargo, tampoco sería correcto considerar el conocimiento humano como algo meramente subjetivo, pues la realidad se nos impone, independientemente de lo que pensemos sobre ella. De esta forma, el perspectivismo de Ortega, a diferencia del de Nietzsche, trata de evitar el relativismo. Aunque toda vida posee su perspectiva, la verdad es posible si logramos complementar todas las perspectivas.
Raciovitalismo
En cuanto al raciovitalismo, Ortega entiende la razón como una función vital necesaria para vivir. Vivir es desarrollar un proyecto de vida, y para lograrlo, utilizamos la razón, que no es algo opuesto a la vida. Nuestra razón no es meramente teórica o contemplativa, sino vital, subordinada a la vida.
Razón Histórica
Esta razón vital también es una razón histórica. Para entender al ser humano, la sociedad o las naciones, es necesario contar su historia. Según Ortega, el hombre no posee propiamente una esencia o naturaleza, sino una historia. Esto significa que para comprender la vida necesitamos una razón que no se dirija a lo ya hecho, sino al continuo hacerse. Para Ortega, la realidad no puede entenderse bajo conceptos estáticos o fijos, tal y como lo hacía el idealismo moderno y como lo hace la ciencia, con su visión matemática y cuantitativa de las cosas. La realidad, al contrario, es algo cualitativo y dinámico, que toma forma en la historia. Por eso, la vida humana es un proyecto, y el ser humano debe esforzarse en llegar a ser lo que aún no es, en culminar su aspiración en la vida. La aspiración humana más universal es la felicidad, pero la circunstancia hace que ésta nunca se realice, lo cual genera una situación de fracaso y fatalidad, que según Ortega, solo se puede enfrentar adoptando una ética que asuma esa penosa tarea, una ética que él mismo llama deportiva.
Vida y Cultura
Este estudio aborda dos enfoques opuestos para abordar la relación entre vida y cultura: el racionalismo, que sacrifica la vida en favor de la cultura, y el relativismo, que minimiza el valor de la cultura en beneficio de la vida. Sin embargo, ninguno de estos enfoques es aceptable en la sensibilidad contemporánea, ya que ambos tienen limitaciones y cegueras complementarias. Se argumenta que la verdad, la justicia y la belleza requieren el respaldo de la vitalidad para existir.