Pilares de la Educación Cristiana: San Agustín, San Benito y San Jerónimo

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San Agustín de Hipona (354-430 d.C.)

El Saber Clásico y La Ciudad de Dios

San Agustín consideraba que la ciencia y el saber de los clásicos paganos, a pesar de los errores, contenían muchos elementos de la verdad. Planteó la idea del castigo divino, pero también que en la educación no se tenía que rechazar el saber clásico. Unos años después, escribió su obra La Ciudad de Dios, donde formuló un dualismo: la ciudad terrenal y la ciudad celestial. La comenzó en el 413 d.C., después de la caída de Roma, invadida por los bárbaros o pueblos germánicos. Roma era, para él, un ejemplo de ciudad terrenal, con vicio y opresión. Mientras, la ciudad celestial, la Ciudad de Dios, era Jerusalén, ejemplo de moral cristiana, fundada por los patriarcas judíos y que con el tiempo albergó también a la Iglesia católica. Con la muerte de San Agustín, vino San Benito.

San Benito de Nursia (480-547 d.C.)

El Monasterio como Centro del Saber

A San Benito de Nursia se le considera el fundador del monaquismo. Desestimaba el aislacionismo eremita (como el de San Jerónimo) y apostaba por un modo de vida en el monasterio basado en la oración, el trabajo y el descanso. Con ello, pretendió que la vida monástica fuera capaz de transformar a la sociedad y frenar la expansión de la religión arriana. Pretendía que el monasterio cambiara la sociedad si la educaba, cultivando el conocimiento.

Las Artes Liberales

Ordenó un compendio de Artes Liberales:

  • Gramática
  • Retórica
  • Dialéctica
  • Astronomía
  • Aritmética
  • Geometría
  • Música

En la Alta Edad Media, en el monasterio se dio la división entre la formación interna (futuros monjes) y la externa (niños laicos). Desestima el modelo eremita ascético (aislado) porque a partir del año 313 d.C. tuvo lugar el Edicto de Milán, un conjunto de leyes por el cual el emperador Constantino permitió la libertad de cultos. San Benito no quería una educación aislada.

San Jerónimo (c. 347-420 d.C.)

La Educación en el Ascetismo Cristiano

San Jerónimo escribe a su amiga Leta sobre la educación de su hija Paula. Le dice que su educación debe basarse en el ascetismo cristiano: hay que aislar a la niña, debe aparecer escasas veces en público y, si lo hace, estar muy bien acompañada; además, no puede comer carne. También existía la educación de las escuelas parroquiales, centrada en la educación moral cristiana y la enseñanza de la catequesis.

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