Pintura Barroca en Flandes: Rubens y el Triunfo del Estilo
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El Barroco: Un Estilo en Evolución
El Barroco, a menudo infravalorado por su anticlasicismo, representa un paso lógico en la evolución formal de los estilos artísticos. Sus principales diferencias se aprecian entre los países católicos y los protestantes.
En los países católicos, el Barroco se puso al servicio del espíritu contrarreformista posterior al Concilio de Trento. La Iglesia orientó el lenguaje artístico hacia la exaltación de la piedad popular. Desde el punto de vista político, el Barroco católico buscaba exaltar el poder absoluto del monarca.
En los países protestantes, el nuevo arte no necesitaba servir a una iglesia triunfante, sino que se movía dentro del espíritu religioso de la Reforma.
Flandes: La Vanguardia del Barroco
Flandes, en la vanguardia de la lucha contra el protestantismo, se convirtió en un terreno fértil para la "predicción visual" que la Iglesia buscaba. El valor comunicativo de la pintura triunfó, y los temas religiosos predominaron en grandes lienzos de altar.
Rubens, la figura más representativa de la escuela flamenca, encarnó esta temática. Aunque Italia seguía siendo el punto de referencia, Rubens interpretó temas mitológicos además de los religiosos. Sus retratos eran aparatosos y solemnes, y también cultivó escenas de género de ambiente tabernario.
El bodegón se desarrolló en Flandes, y dentro de las escenas de género se cultivaban las de caza, paisaje y pintura de batallas. Todo esto se transmitía a través del grabado.
Rubens: El Maestro del Barroco Flamenco
Pedro Pablo Rubens, el pintor flamenco más reputado, recibió influencias de la monumentalidad de Miguel Ángel, el color veneciano, Caravaggio y los Carraci durante su estancia en Italia. Sus viajes por Francia, España e Inglaterra le proporcionaron fama y difundieron su estilo.
Su pintura refleja su psicología y el tipo de vida acomodada y prestigiosa que disfrutó. El canon de la figura humana es lo que más resalta a la vista de los profanos. Su obra abarcó todos los géneros, y su enorme fecundidad es evidente.
Rubens pintó asuntos mitológicos, como la Batalla de las Amazonas. Dotó de distinta carnación a los atléticos cuerpos masculinos y a las nacaradas féminas, como en el Rapto de las hijas de Leucipo o en el Dios Saturno. En el Prado destaca Las Tres Gracias, uno de sus cuadros más conocidos.
No dudó en halagar a personajes regios o jerarquías importantes, como en la serie de María de Médicis. Aunque le faltó una penetración psicológica, característica del Barroco, en un Autorretrato muestra un caballero orgulloso de su posición social. Nada más lejos de los penetrantes y austeros autorretratos de Rembrandt.
Rubens fue un magnífico pintor de temas religiosos, y sus personajes muestran una humanidad pletórica y desbordada.
El Descendimiento: Una Obra Maestra del Barroco
Su obra más comentada es el tríptico del Descendimiento, donde en el cuerpo central aparece el Descendimiento. Se observan en sus líneas fundamentales una gran diagonal desde el ángulo superior derecho hasta el pie de María Salomé; otra diagonal aparece que se cruza en aspa con la anterior.
Las diagonales permiten resaltar el movimiento, profundidad y desbordamiento de las formas. Este dinamismo se refuerza por el predominio de las curvas que convergen en el cuerpo de Jesús y su costado sangrante.
El pintor evita la frontalidad de las figuras, pero los recursos efectistas ayudan a captar la sensación de profundidad que procede. No hay una luz ni color uniformes. Los contornos nítidos desaparecen y la composición se caracteriza por una rica gama de colores fríos que no se contraponen y que la luz solo ilumina parcialmente.
En el cuadro se aprecian algunas características esenciales de la pintura barroca: la gran unidad del conjunto a la que se subordinan todos los elementos. No hay equilibrio de las partes, el orden racional, armónico y simétrico del Renacimiento.
Un segundo rasgo barroco es la búsqueda de efectos teatrales con un sentido espectacular del hecho religioso.
El Estilo Ruberiano: Exuberancia y Dinamismo
Rubens es el principal representante del aspecto exuberante, decorativo y teatral del Barroco, creando un estilo "ruberiano" que tiene mucho de pomposo y efectista, pero también fuerza, dinamismo y vitalidad.