Pintura flamenca: historia, técnicas y características

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Pintura flamenca

Todas estas circunstancias hacen que Flandes se convierta, a comienzos del siglo XV, en uno de los centros más importantes de la pintura europea. Los pintores flamencos estaban agrupados en gremios que garantizaban su formación y controlaban la calidad de las obras.

Las características técnicas más importantes son las siguientes:

  • Pintaban sobre tabla (nogal o roble) que preparaban con varias capas de estuco, cola animal y blanco de plomo (este favorecía la luminosidad).
  • Utilizaron y perfeccionaron la técnica del óleo (por ejemplo, con aceites de linaza y nueces).
  • Mejoraron el uso de las veladuras y se sirvieron de pinceles finísimos para no dejar huella sobre la tabla.
  • Se preocuparon mucho por el dibujo, hecho con todo detalle. Procuraban reproducir con fidelidad pelos, arrugas, telas, etc.
  • El tratamiento de los interiores (suelos ajedrezados, disposición oblicua de las vigas, etc.) y las formas de representar la luz, los reflejos y las sombras, contribuyen a crear un espacio pictórico ilusorio.
  • El uso de espejos convexos ayuda también a que “aumente” el espacio y a que el espectador se sienta dentro de la escena.

El matrimonio Arnolfini y el San Juan Bautista y Enrique de Werl son buenos ejemplos de ello.

Los temas religiosos son tratados como si fueran algo cotidiano. Las escenas se sitúan en interiores confortables que transmiten familiaridad a los espectadores. La Virgen, el Niño o los santos son rodeados de objetos domésticos.

El retrato aparece con frecuencia vinculado a la pintura religiosa, ya que muchos de los personajes retratados son “donantes”, es decir, personas que costeaban las construcciones religiosas y que querían aparecer mostrando su devoción. A veces, la imagen del donante alcanza tanto protagonismo como la figura religiosa a la que acompaña (ejemplo: La Virgen del Canciller Rolin, de Jan Van Eyck).

Poco a poco, los retratos ganarán autonomía, hasta convertirse en figura única de los cuadros.

El primer lugar de los pintores flamencos del siglo XV lo ocupa Jan van Eyck (1390-1441), uno de los grandes maestros de la historia de pintura: Tuvo un hermano, Hubert, que murió prematuramente en 1426 y que colaboró con él en algunas obras. Su pintura tiene una gran carga conceptual, a pesar de su aparente realismo. Está llena de símbolos, muchas veces difíciles de interpretar.

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