Platón: La Alegoría de la Caverna y el Ascenso Epistemológico hacia El Bien
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Platón: La Alegoría de la Caverna
La alegoría de las cavernas es una de las metáforas centrales de la filosofía platónica, utilizada para explicar su teoría del conocimiento y su ontología.
Interpretación del Símbolo
La caverna representa nuestro mundo, el *Mundo Sensible*. El exterior de la caverna representa el mundo real, es decir, el *Mundo de las Ideas*, cuya forma más alta, *El Bien*, está simbolizada por el sol.
El Mundo Sensible, en consecuencia, resulta ser un mundo de sombras, de apariencias. La idea de que el mundo sensible es comparable a una caverna subraya su naturaleza ilusoria y limitada.
Los Prisioneros y el Orfismo
Los hombres que viven en la caverna son, según Platón, prisioneros. Esta idea de que el alma del hombre está como prisionera en este mundo, Platón la toma del *Orfismo*.
Los prisioneros de la caverna (es decir, nosotros mismos en este mundo sensible) no tenemos ni libertad ni verdadero conocimiento, casi como le ocurre al animal, en la medida que es pura sensibilidad y carece de la posibilidad de conocer las Ideas, puesto que no posee razón.
El hombre, en primera instancia, está confinado al conocimiento sensible, y en tal sentido somos «prisioneros de las apariencias, de los fenómenos», de los que solo el conocimiento propiamente dicho puede liberarnos.
Estructura de la Alegoría
La alegoría tiene propiamente tres partes:
- La primera describe la caverna, los prisioneros y la vida que llevan estos.
 - La segunda habla de la liberación y ascenso de un prisionero.
 - La tercera trata de su regreso al antro.
 
La Liberación del Prisionero
El proceso de liberación es un proceso de formación o cultura (*paideia*), un aprendizaje del pensar que conduce al conocimiento verdadero.
La Liberación Misma
De lo que se trata es de liberar al prisionero de su ignorancia, de su falta de pensamiento. El prisionero estará convencido de que las sombras eran más reales que los objetos que ahora ve, porque las sombras las discernía perfectamente bien; eran para él algo claro, puesto que su ojo estaba adaptado a ellas. El prisionero se siente perdido, turbado, confuso, porque todo lo anterior, en que hasta ese momento había vivido, le parecía claro y evidente, en tanto que ahora todo lo ve borroso y oscuro. Aquí arranca un proceso de adaptación a las nuevas circunstancias.
Adaptación Gradual
El prisionero liberado se va adaptando gradualmente a la nueva situación, pasando de ver reflejos en el agua a ver los objetos directamente, y finalmente, a mirar el sol.
El Descubrimiento de la Causa Suprema
En el tercer momento, el liberado descubre en el sol la causa suprema. El sol es la causa de todas las cosas visibles y, a la vez, lo que las gobierna. Filosóficamente, esto representa la comprensión de *El Bien* como principio ontológico y epistemológico fundamental.
El Regreso y el Recuerdo
El liberado recuerda la caverna y la vida que allí llevaba, sintiendo compasión por sus antiguos compañeros y la necesidad ética de regresar para compartir la verdad, aunque esto implique el riesgo de ser incomprendido o rechazado.