Platón: El Alma, el Conocimiento y la Dialéctica Ascendente

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Platón creía que las almas son eternas y que se encarnan en el cuerpo. La causa de esta encarnación es un accidente, fruto de un mal cálculo de preferencias, de una imprudencia y de una mala gestión de la voluntad. Por lo tanto, la relación entre el cuerpo y el alma es puramente accidental, entendiendo "accidente" como modificación pasajera y temporal.

El Alma y su Oportunidad de Purificación

Con el nacimiento, el alma encarnada tiene la posibilidad de educarse y liberarse. En el mundo material convivirá con el mal y las penurias, y tendrá la oportunidad de decidir entre la virtud y el vicio. El destino posterior del alma eterna dependerá de las acciones hechas en vida. El paso por el mundo material de las cosas es la oportunidad de purificarse y aprender para demostrar que será digno del mundo celestial. Este proceso de aprendizaje es conocido como dialéctica ascendente.

El Intelectualismo Platónico y la Mejora Moral

El intelectualismo de Platón implica la mejora moral, la mejora en el cálculo de preferencias hacia el bien, y de este modo la purificación, la posibilidad de recuperar su lugar originario en el mundo celestial de las ideas.

La Reminiscencia: Conocer es Recordar

Cuando el alma humana accede a la virtud del conocimiento verdadero, esto es siempre explicado como un recuerdo o una reminiscencia (anamnesis). El alma encarnada en un cuerpo entrará en contacto con la realidad material y cuando esta demuestra chispas de verdad, cuando tiene la oportunidad de convivir con ejemplos de dignidad y pruebas vivas de justicia, el amor y la atracción que siente hacia estas ideas le recuerda su tránsito originario del mundo celestial, de donde proviene. Recuerda así cuál es su lugar.

Su tesis fundamental es: conocer es recordar (reminiscencia). No hay nada auténtico en el alma que sea originario del mundo sensible, todos los principios auténticos y verdaderos provienen del mundo espiritual o de las ideas, el mismo mundo de donde proviene el alma.

El Alma y el Mundo de las Ideas

El alma, originaria del mundo de las ideas, ha estado en contacto con ellas y las conoce; pero para recordarlas tiene que hacer un proceso de purificación. El alma tiene una capacidad para llegar a conocer las ideas, pero esta capacidad está como anublada por el cuerpo. Tiene que hacer un esfuerzo para elevarse por encima de los límites que le pone el cuerpo.

La Dialéctica Ascendente y los Niveles de Conocimiento

Por eso hay varios niveles en la ascensión dialéctica. La sensación es el punto de partida del conocimiento y para elevarnos hasta lo inteligible necesitamos el esfuerzo de la razón y de la dialéctica, que permiten al alma reencontrarse con el nivel superior que le es propio: el mundo de las Ideas y las formas eternas.

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