Platón y Aristóteles: Fundamentos del Conocimiento y la Ética en la Filosofía Griega
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La Teoría del Conocimiento en Platón
La teoría del conocimiento de Platón se basa en su célebre "teoría de las Ideas". Para él, la realidad está dividida en dos mundos, lo que constituye un claro dualismo ontológico: el mundo sensible y el mundo inteligible.
- El mundo sensible es el de las cosas materiales, cambiantes y perecederas, que percibimos a través de los sentidos.
- En cambio, el mundo inteligible es el de las Ideas, que son eternas, inmutables y perfectas. Estas Ideas, como la "Belleza" o la "Justicia", representan la verdadera esencia de las cosas y existen más allá de lo que captamos sensorialmente.
Platón afirma que el conocimiento verdadero no se alcanza mediante los sentidos, ya que estos solo nos muestran copias imperfectas de las Ideas. Por el contrario, el conocimiento se obtiene a través de la razón, lo que da lugar a su famosa teoría de la reminiscencia. Según esta, el alma, que es inmortal, ya conocía las Ideas antes de nacer en el mundo sensible, pero las ha olvidado. Así, aprender es más que "recordar" estas Ideas. Para Platón, el conocimiento consiste en recordar las verdades eternas y esenciales del mundo inteligible, dejando atrás las apariencias del mundo sensible y alcanzando la verdadera sabiduría.
Aristóteles: Ética y Conocimiento
Introducción a Aristóteles
Nacido en Estagira, Macedonia, en el 384 a.C., Aristóteles fue una figura central en la filosofía griega. Con 17 años, se trasladó a Atenas para estudiar en la Academia de Platón, convirtiéndose en su discípulo directo. Posteriormente, fue maestro de Alejandro Magno y fundó su propia escuela, El Liceo. Falleció en el 322 a.C. Algunas de sus obras más influyentes incluyen Ética Nicomáquea, Metafísica y Política.
El Problema de la Ética en Aristóteles
Aristóteles distingue entre saberes teóricos y saberes prácticos. Los saberes teóricos buscan el conocimiento en sí mismo (como la metafísica o la física), mientras que los saberes prácticos, como la ética y la política, se enfocan en aplicar el bien y la justicia en la vida real.
Con esta distinción, Aristóteles cuestiona la aproximación de Platón, quien buscaba ideas perfectas en un mundo aparte. En cambio, Aristóteles centra la ética en el mundo real, cambiante y social. En su obra Ética Nicomáquea, define al ser humano como zoon politikón (animal social), que solo puede realizar su esencia plenamente en sociedad. Gracias al lenguaje, el ser humano puede diferenciar lo justo de lo injusto y lo correcto de lo incorrecto, lo que lo convierte en un sujeto moral.
Para Aristóteles, no puede existir un bien privado; es fundamental garantizar el bien común, que permite alcanzar el fin propio del ser humano: la felicidad (eudaimonía), un bien deseable en sí mismo. La felicidad se alcanza mediante la virtud (areté), que se manifiesta en dos tipos:
- Las virtudes dianoéticas (o intelectuales), que desarrollan la razón y la sabiduría.
- Las virtudes éticas (o del carácter), que guían nuestras acciones en las relaciones sociales y se forman a través del hábito.