Platón: Crítica del Conocimiento Sensible y la Teoría de las Ideas
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Tres Líneas Argumentales en la Teoría de las Ideas de Platón
A lo largo de la obra de Platón, se encuentran variados argumentos que apoyan, fundamentan y defienden las tesis principales de la Teoría de las Ideas. Todos y cada uno de ellos parten de un conjunto de premisas que constituyen tres líneas argumentales principales: la crítica del conocimiento sensible, el argumento a través de las ciencias y el argumento a partir de la existencia del lenguaje.
Crítica del Conocimiento Sensible
La crítica del conocimiento sensible y los argumentos que de ella derivan pueden resumirse del siguiente modo: el conocimiento sensible, es decir, el conocimiento a través de la experiencia sensorial y la información de los sentidos, es incompleto, deficiente y superficial, perdiendo su calificativo de conocimiento y convirtiéndose en mera opinión, ya que no informa de la naturaleza verdadera de la realidad, sino únicamente de su apariencia superficial (fenómenos). Esto es así debido a que el objeto de conocimiento intelectual, que resulta ser el verdadero conocimiento de verdades universales, objetivas y eternas (por ejemplo, el razonamiento y conocimiento matemático), es diferente. Se deduce de esto que ha de existir un objeto de conocimiento perfecto, es decir, una realidad no material que sería el objeto conocido por el conocimiento intelectual. Partiendo de esto, Platón construye algunos de los principales argumentos a favor de la Teoría de las Ideas presentes en su obra.
El Argumento a partir de la Existencia de las Ciencias
Aristóteles dio este título a uno de los argumentos platónicos más importantes para la defensa de la existencia de las Ideas. Aparece en el diálogo Crátilo y parte de la defensa de la Teoría de las Ideas como condición de posibilidad del conocimiento científico. La forma general del argumento es la siguiente:
- Todas las cosas que conocen los sentidos están cambiando continuamente. Los objetos que pertenecen a este ámbito material tienen un origen, duran, aunque modificándose continuamente, y finalmente desaparecen.
- La ciencia no puede conocer lo que está en continuo cambio, es decir, el conocimiento estricto es siempre verdadero y posee condición universal y necesaria. Este tipo de conocimiento no se puede referir a lo que cambia, puesto que aquello que cambia solo puede dar lugar a verdades cambiantes, relativas, contingentes y particulares.
- Así que la ciencia no se puede referir a las cosas sensibles, sino a entidades que no cambian.
Platón consideró que las matemáticas, por ejemplo, son una clase de saber tan excelente como el citado y, como son un saber real, un saber absoluto que realmente poseemos, necesariamente tienen que existir entidades absolutas y eternas a las que propiamente se refiera dicho saber.