Platón: Dualismo Antropológico y la Teoría del Alma Inmortal
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Dualismo Antropológico en Platón
El dualismo antropológico platónico presenta una visión del ser humano compuesta por dos entidades distintas: el alma (considerada buena, principio de conocimiento y vida) y el cuerpo (visto como cárcel o impedimento para el alma, asociado a lo sensible y corruptible). Esta visión a menudo se asocia con una tendencia maniqueísta.
La Teoría de la Reminiscencia (Anámnesis)
Platón sostiene que el alma es preexistente al cuerpo. Antes de alojarse en un cuerpo mortal, el alma habita en el mundo de las Ideas, donde contempla las Formas puras. Al encarnarse, el alma olvida este conocimiento. Por lo tanto, para Platón, aprender no es adquirir nueva información, sino recordar (anámnesis) lo que el alma ya sabía.
La reminiscencia está intrínsecamente relacionada con la inmortalidad del alma y con el conocimiento de las Formas. Platón lo explica con varios argumentos, entre ellos:
- Existe una conexión necesaria entre la vida y el alma. El alma, como principio vital, es incompatible con la muerte. En consecuencia, el alma es inmortal.
- No podemos conocer "lo igual en sí" (la Idea de Igualdad) a través de los sentidos, porque estos solo captan cosas particulares que nunca son perfectamente iguales. La conclusión es que los sentidos evocan en nosotros un recuerdo de la Idea de Igualdad, algo que el alma no reconoce de forma sensorial, sino que recupera de su conocimiento previo, adquirido con independencia del cuerpo y antes de que el alma estuviera encarnada en él.
- La existencia misma de Ideas o Formas como "lo general en sí" (universales) apunta a una fuente de conocimiento no sensible, accesible al alma.
Platón liga la metáfora de la reminiscencia a la actividad de investigar y aprender. Esta actividad la realiza el alma desde dentro, pues no consiste simplemente en recibir y acumular información del exterior. El famoso ejemplo del esclavo en el diálogo Menón pone de muestra cómo el alma tiene en sí misma una capacidad innata de reconocer la verdad, que no depende del aprendizaje empírico. Este aprendizaje solo puede activar esa capacidad latente mediante una pregunta adecuada (la mayéutica socrática, que guía el pensamiento). La reminiscencia significa que el conocimiento, en un momento dado, relaciona lo que viene de fuera (estímulos sensibles, preguntas) con lo que ya hay en la propia alma, como si esta hiciera una recuperación de información preexistente.
Problemas de la Teoría de las Ideas
Platón era consciente de ciertas dificultades inherentes a su teoría. Entre los problemas internos destacan:
- (A) La duplicación innecesaria del mundo: La existencia de un Mundo de las Ideas separado parece duplicar la realidad, creando más problemas explicativos de los que resuelve.
- (B) El abismo ontológico (jorismós): Si las Ideas y las cosas sensibles pertenecen a dos mundos radicalmente separados, ¿cómo pueden las Ideas ser causa o esencia de las cosas sensibles? ¿Cómo puede existir una relación entre ambos mundos?
- (C) El confuso estatuto del alma: Platón recurre a una tercera forma de entidad, el alma espiritual. No es ni una Idea ni una cosa sensible, pero está relacionada con ambas: es "pariente" de las Ideas (sin ser una Idea en sí misma) pero habita temporalmente en un cuerpo sensible, con el que mantiene una relación conflictiva.
- (D) El argumento del tercer hombre: Este argumento abstracto, formulado por el propio Platón (en el diálogo Parménides), cuestiona la coherencia de la Teoría de las Formas. Para explicar la semejanza entre dos hombres particulares (A y B), se postula la existencia de una tercera entidad, la Forma de "Humanidad en sí" (C). Pero entonces, para explicar la semejanza entre el hombre A y la Forma C, habría que recurrir a otra Forma superior (D), y así ad infinitum, generando una regresión infinita.
Alma y Cuerpo: La Psicología Platónica
En el pensamiento antiguo, y notablemente en Platón, la noción de "alma" (psyché) tiene, antes que nada, un sentido biológico y físico. En el conjunto de los seres naturales, hay algo que diferencia a los seres "inanimados" de los seres "animados" o vivos. Los primeros son materia inerte; los segundos son materia organizada que posee un principio vital (el alma) responsable del cumplimiento de las funciones vitales (movimiento, sensación, pensamiento).