Platón: Ética, Política y Educación en la República
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En el ámbito ético político, en el fragmento la referencia “finalmente podría reabrir el sol” se refiere al fin del proceso que convierte al liberado en filósofo, al último paso del proceso educativo, que es el conocimiento del bien. Muestra la intención ético política que se debe encontrar en el proceso educativo y quien alcance el bien, actuará con sabiduría, tanto en lo privado (ética) como en lo público (política). Las tesis identificadas en el fragmento cobran pleno sentido, como héroes señalados, las situamos en el marco del pensamiento platónico. Así podremos justificar por qué Platón defiende unas posiciones y afronta otras.
Política
Como vimos en el contexto, la filosofía platónica se propone como una respuesta a la crisis ético política de su tiempo y al relativismo ético y convencionalismo. Platón propone un estado ideal fundamentado en el conocimiento de verdades absolutas, conocidas a través de la razón, organizadas en tres grupos sociales: productores, guardianes y gobernantes sabios, que, tras un exigente proceso educativo, alcanzan la sabiduría, conocen las esencias de los seres sensibles, los valores éticos y estéticos y la idea del bien, que es el final del proceso educativo.
También conocen el intelectualismo moral: sólo quienes conocen el bien están llamados a educar y gobernar. La relación ético-política y la educación propone que el ser humano actuará bien cuando cada ciudadano cumple con la función adecuada, según crea su naturaleza.
Ética
El ser humano actuará bien cuando cada parte de su alma actúe conforme a su virtud: la devoción (alma concupiscible), la valentía (alma irascible) y la sabiduría (alma racional). La virtud es muy importante en el proceso educativo. El intelectualismo moral: sólo actúa bien quien conoce el bien, solo se puede ser virtuoso a través del conocimiento, solo quien conoce el bien puede gobernar y es la última relación entre la educación, la ética y la política.
Platón defiende que el ser humano está formado por el cuerpo, que es la cárcel que mantiene cerrada el alma, que trata de escapar del cuerpo para acceder a las ideas. Es una unión temporal y accidental. Esta unión se refiere al dualismo antropológico que en el fragmento se ve reflejado en la fuerza que se debe ejercer para que el prisionero salga al exterior, el sufrimiento que esto supone, muestra la lucha del alma racional contra las posiciones del cuerpo. Los conflictos de nuestra razón, con las posiciones y deseos, los llevan a conducir que el alma tiene una estructura tripartita (racional, irascible y concupiscible).
En el fragmento, ya hemos comentado la estructura del mundo inteligible (ontología) y cuyo conocimiento implica sujetar la doxa (opinión epistemología). La doxa es el resultado de conocer seres cambiantes, sujetos al cambio y movimiento; y al saber aparente, no verdadero, así no puede formar la vida del Estado y del individuo.
Hay dos leyes de seres sensibles: los seres naturales y artificiales que dan lugar a la creencia; y las imágenes que dan lugar a la conjetura.
Solo han accedido a la episteme/ciencia gracias al esfuerzo de la razón, como explica el fragmento comentado, serán capaces de dirigir un estado, puesto que saben cuál será el bien para los ciudadanos.